lunes, 19 de mayo de 2014

TECHO: ¿Herramienta de transformación social u objeto de acción del ideario neoliberal?

Por: Santiago Parodi

TECHO: ¿Herramienta de transformación social u objeto de acción del ideario neoliberal?



1. Introducción

            En diversos ámbitos se han planteado debates sobre si la beneficencia o la solidaridad, a partir de ONG o de privados podrían encauzar situaciones que mejoren situaciones de pobreza o de marginalidad social.

            En 14 años de Techo, esta ONG ha sufrido diversas metamorfosis, tal es esa transformación que se puede apreciar desde el cambio de nombre, en la expansión a nivel países y en el crecimiento de aéreas de aplicación de la ONG.

            A lo largo de este ensayo trataré de dilucidar, de polemizar y debatir acerca del verdadero rol de Techo, partiendo de su origen, sus objetivos, su misión. También trataré la temática sobre la relación que tiene Techo con el Estado y su participación en políticas públicas (Intervención, voluntarismo y formación de redes). En tercer lugar haré hincapié en la gestión que lleva a cabo la ONG en cuestión, ya sea en el aspecto de los diagnósticos, los modos de evaluar y efectivizar la acción de sus iniciativas y proyectos. En cuarto lugar delimitaré las estrategias de trabajo de Techo ( El empleo de estrategias de voluntariado y la formación de capital social). Estos aspectos recubiertos sobre las potencialidades y debilidades que pueden surgir en el presente y el futuro de la ONG en cuestión. Por último responderé la pregunta clave que nos envuelve: ¿Techo es una herramienta de transformación social u objeto de acción del ideario neoliberal?























2. ¿Qué es Techo?

            Un techo para mi país fue creado en 1997 como una ONG que tenía cómo slogan el "sueño de superar la situación de pobreza en la que vivían millones de personas"[1].
Techo es producto del escenario neoliberal que se instala en la década del 90 en América latina. Su surgimiento se inicia en Chile en 1997 para luego expandirse a 19 países de América latina. Su lógica consiste en la construcción de viviendas de emergencia, en conjunto con las familias que viven en condiciones pobreza o marginalidad social, en búsqueda de soluciones concretas para este flagelo que atañe a millones en Latinoamérica.
            Es decir; con la impronta del neoliberalismo y el achicamiento del Estado, los gobiernos de la región convocan a las ONG a la ejecución de programas focales y compensatorios para aliviar los efectos de los programas macro de ajuste estructural.[2]
Se instala el modelo de ONG cómo herramienta de gestión eficiente y transparente, y se expande la idea de un Estado corrupto e ineficiente.
            Los objetivos de Techo, según la página oficial de la ONG, se basan en lograr una sociedad justa y sin pobreza, donde todas las personas tengan las oportunidades para desarrollar sus capacidades y puedan ejercer y gozar plenamente sus derechos.[3] Es decir, ligado a la discursiva del viejo esquema de integración social, estrategia empleada desde los organismos multilaterales como lógicas de imposición hacia adentro de los estados y la aceptación de los distintos estados latinoamericanos en la década de los 90, como conjunción del paquete neoliberal de la época. Más que ser un cambio profundo y generación de políticas sociales que modifiquen de raíz las situaciones de exclusión y marginalidad social, son paliativos y acompañamientos de mínima del discurso global.
            La misión de Techo se sitúa en trabajar en los asentamientos precarios para superar la pobreza, a través de la formación y acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios, promoviendo el desarrollo comunitario, denunciando la situación en la que viven las comunidades más excluidas e incidiendo junto a otros en política.[4] Esto claramente se enmarca en el rango voluntariado o asistencialismo tradicional, una adecuación directa en el plano de una sociedad civil liberal[5].  Un perfil que se aleja de la mirada cercana del Estado y mucho menos de efectivizar lazos comunes.  La impronta ideológica está más que marcada, donde en la propia demarcación está signada en la mirada de una visión global de cómo reemplazar el brazo estatal social por el brazo solidario del voluntario de las ONG.
            En este entramado, Techo se fue introduciendo en la vida de los argentinos lentamente. Primero, con aportes de firmas multinacionales para adentrar el producto en el territorio nacional. Segundo, bajo el esquema de beneficios que le posibilitó la época y un Gobierno Nacional menemista, y luego aliancista, que le abrió los puentes para la amplitud de la red de la ONG para trabajar en la zonas "abandonadas" por el Estado noventista. Es más, esto es reafirmado por varios bloggeros de Techo, en donde dan cuenta que llevan el rol que debería ocupar el Estado asistiendo a sectores marginales de la población. [6] Entonces, el rol de la ONG se convierte en un producto asistencialista que irrumpe en áreas sociales claves del entramado estatal para abogar y propagandear lógicas privatistas, y también bajada de línea ideológica.
            Esa lógica de neo-beneficiencia responde a la crisis de representación, a la crisis de identidades políticas y a la teoría economicista de las libertades de una clásica sociedad liberal.
            Así, la organización funciona para sus miembros como un ejercicio de autocomplacencia: la solidaridad aparece como terapia y entretenimiento, es una solidaridad para estar bien con uno mismo , y además es vista como una práctica “honesta” y “desinteresada” (voluntaria) en contraposición a la política concebida como corrupta y saturada de intereses mezquinos”. [7]
            Este perfil voluntarista y asistencialista de Techo se encuadra en las antípodas de una verdadera posición de política social inclusiva y universal. Seguramente no es esa la motivación de esta clase de ONG, de lo contrario no habría una exclusiva política focalizada sustentada en la construcción de viviendas, sin importar la relación con el Estado como intermediario y conector de políticas públicas, y mucho menos el paradigma cultural que eso significa. Es por ello que la intervención y gestión de la ONG, tal como lo aclara la página oficial "se focaliza". "La intervención comunitaria de TECHO se focaliza en los asentamientos precarios más excluidos, siendo su motor esencial la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios, quienes trabajan para generar soluciones concretas a la problemática de la pobreza. TECHO impulsa un proceso continuo de fortalecimiento de la comunidad, considerando el desarrollo comunitario como eje transversal de la intervención"[8]..
            No es menor, tal como lo reconoce Techo, quienes son los principales aliados y financistas que posibilitan el emprendimiento: ¿Banco Interamericano de Desarrollo a través del Fondo Multilateral de Inversiones, Burson Marsteller, BCG, Deloitte y Young & Rubicam, Banco Santander, Lan, Claro, Easy, etc. Más la conjunción del apoyo de la Iglesia católica y de los organismos multilaterales. Todo encuadra, en el porvenir de reasegurar beneficios y voluntades para pocos. Muy alejado de la coordinación mixta que entre OSC y Estado, o que la regulación estatal maneje las reglas de juego o las voluntades de los accionistas de turno.  Cómo tampoco es menor que se de este debate o conflictividad entre Estado y ONG en la disputa de causas sociales,  más precisamente  en la temática de viviendas.
Un tema muy candente en las últimas dos décadas en Argentina, donde siempre hubo un déficit vital a la hora de responder a las demandas de los ciudadanos.

           
3. Techo y Estado; una relación compleja, distante y con visiones alejadas


             3.1 Formación de redes
                Techo tiene como pilares fundamentales desarrollar la conciencia social y el espíritu solidario con base en el trabajo voluntario. El objetivo máximo es la reducción de la pobreza extrema contribuyendo con la necesidad de una vivienda mínima. Es por ello que la ONG enfoca su mirada al diseño de estrategias de intervención que apuntan a provocar cambios en las condiciones de vida de las personas, ya sea en su núcleo familiar y en la problemática de vivienda.  Está claro el esquema focalizador de TECHO y su impronta del devenir privado frente al accionar del estado.  Por eso se involucra e intercede en un área sensible como es la temática social y la problemática de viviendas, espacio que fue intervenido y manipulado de manera abismal por las Ong con la afluencia de los organismos multinacionales durante la década de los 90.
            A la hora de introducirnos en la temática de intervención, es necesario mencionar la formación de redes, que resulta clave en la existencia, el crecimiento y la caracterización de las OSC, no sólo porque constituye una estrategia de fortalecimiento y consolidación, sino porque es un modelo de articulación social predominante y permite interacciones más flexibles con otros actores sociales.[9] En este caso concreto, Techo plantea la generación de vínculos y la conexión con las redes sociales, como proceso de desarrollo de capacidades y construcción de cohesión y capital social.
  "La red implica una articulación permanente, sistematizada a través de reuniones y de acuerdos más o menos explícitos, distinción de roles y ámbitos de acción conjunta. Aunque en muchos casos no se trate de una red en sentido estricto, todas las OSC tienden a vincularse por tema, por territorialidad o por afinidad de intereses socio-políticos"[10].  ¿Qué pasa con el caso en cuestión?  Techo, al menos en Argentina, no tiene un acuerdo ni una relación directa con el estado nacional, aunque mantiene diálogos y contactos con algunos gobiernos locales pero en mayor medida actúa bajo financiamiento de entidades privadas, colectas mensuales, donaciones y personas alejadas de militancia política o ámbito público. Éstas surgen de un reclutamiento al estilo de militancia política pero bajo el paraguas de la solidaridad social privada. Es decir, bajo el camuflaje de las buenas intenciones y de slogan "apolíticos" intentan obtener reclutamiento o mejor dicho, voluntarios en la sociedad en consonancia al aporte de grandes empresas privadas. Tal cual lo anuncian en su página web "buscaremos potenciar nuestras relaciones con el sector privado, logrando generar alianzas mucho más integrales, que reflejen una fuerte identificación de los socios con la visión y misión de TECHO".[11]
Este perfil voluntarista y asistencialista de Techo se encuadra en las antípodas de una verdadera posición de política social inclusiva y universal. Seguramente no es esa la motivación de esta clase de ONG, de lo contrario no habría una exclusiva política focalizada sustentada en la construcción de viviendas, sin importar la relación con el Estado como intermediario y conector de políticas públicas, y mucho menos el paradigma cultural que eso significa.
La directiva de reclutamiento tiene como objetivo primario sumar jóvenes universitarios con cierta inclinación a la concientización social pero alejados de la política partidaria. Techo aprovecha dos instancias contextuales de la Argentina del siglo 20 y 21. En los 90, se beneficia del contexto político de la era menemista para suplir el "vacío" del rol del estado en políticas públicas y sociales, y en los 2000, aprovecha la efervescencia política post crisis 2001 y el impulso joven hacia la política y las causas sociales.
Se entiende a la participación social como contribuyente a la existencia de una sociedad civil “densa”, con organizaciones y colectivos capaces de canalizar los intereses y motivaciones privadas hacia un espacio de interlocución pública. Sólo mediante una participación efectiva y constante, la ciudadanía puede ejercerse plenamente, mejorando la relación entre el ciudadano y el Estado.

3.2 Techo y su participación en políticas públicas

Respecto a los niveles de participación de Techo en políticas públicas hay que decir que el objetivo principal es lograr la erradicación de la pobreza estructural mediante la construcción de viviendas definitivas. Ante esto, es fundamental el grado de cohesión social que se logre entre las partes integrantes para llevar a cabo la institucionalización de la labor de Techo.  Es allí donde las familias, los profesionales y los voluntarios conjugan el grado de cohesión para llevar a cabo la finalidad del objetivo que los une.
A la participación, se le agregan componentes que se pliegan. Es decir, aquellos efectos esperados de la participación en la aplicación de la política llevada a cabo por la ONG. Estamos hablando de la satisfacción y beneficios de un proceso ( la “diferencia” entre la evaluación cognitiva que se hace acerca de la situación actual, en este caso la adquisición de una vivienda definitiva, y las aspiraciones que se tenían sobre esta situación[12]), la eficacia y eficiencia (se estima que la participación tiene como efectos positivos la optimización de los recursos -eficiencia- y la maximización de los métodos utilizados para lograr el objetivo final de la política pública en cuestión -eficacia-[13]), calidad de vida (mejorar las condiciones materiales del contexto comunitario, como una participación en política de vivienda[14]) y cohesión social (los beneficios de políticas públicas orientadas a una mayor cohesión social, pueden observarse a través de mayor integración social y por medio de la consolidación del capital social, posibilitando así, el traspaso y distribución de bienes y oportunidades en la sociedad[15]).
También se puede agregar a la cultura institucional como elemento importante  y, a veces, un muro en el intercambio con otras organizaciones. Ya sea en el aspecto de conformación de diálogos, puentes e intercambios.


3.3 Modelo de intervención de Techo

            El modelo de intervención de Techo sitúa su enfoque donde todas las actividades y planes que se ejecutan apuntan al fortalecimiento y desarrollo comunitario. Desde la inserción en los asentamientos se impulsa la organización comunitaria, promoviendo la participación y corresponsabilidad de los pobladores de la comunidad. Al respecto, dicho modelo se efectiviza gracias al capital privado y no al empleo de herramientas públicas, tal como lo afirma Francisco Susmel “no nos interesa que los Estados aporten dinero a la ONG, porque con las colectas de la sociedad y la donación de empresas privadas nos alcanza para las construcciones. Desde la ONG pretendemos que el Estado se aboque a solucionar problemas estructurales, como agua potable, cloacas y electricidad".[16]

            El proyecto de Techo se estructura en tres etapas de intervención[17]: A. Construcción de Viviendas de Emergencia. Se satisface la falta de una vivienda a través de la construcción de una mediagua de tres por seis entendiéndola como una solución de emergencia que “da esperanza a las familias para dar inicio a un proceso de real mejoramiento de su calidad de vida.
B. Habilitación Social. Se desarrolla una propuesta de habilitación social permanente teniendo como foco principal la organización comunitaria y la entrega de herramientas con el objetivo de contribuir a disminuir la situación de vulnerabilidad que impide a estas familias salir de la extrema pobreza.
C. Construcción de una vivienda definitiva. Se desarrolla una propuesta de barrio sustentable en conjunto con las familias del asentamiento a través de la construcción de viviendas definitivas. En esta última etapa se le agregan la identificación de otras necesidades prioritarias y se desarrollan programas para enfrentarlas.  Por ejemplo: Fondos concursables para desarrollo de proyectos comunitarios o fomento productivo para el desarrollo de emprendimientos. 
Estas tres etapas de intervención de techo siguen una lógica de andamiaje impartidas desde la base central en Chile. Desde allí, el nivel de abordaje de intervención ya se sitúa en la tercera etapa frente a un nivel inicial en Argentina. Eso tiene que ver más que nada por el tiempo de intervención de la ONG en Chile y con el nivel de presupuesto e inversionistas que cuenta cada filial.
            Techo interviene en asentamientos precarios, siendo su motor esencial la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios[18]. La línea discursiva que baja desde la organización es la de brindar un proceso continuo de fortalecimiento de la comunidad, siendo el desarrollo comunitario el eje transversal de intervención. De lo que no emite palabras, es del rol del Estado para acompañar estas políticas y ni la adecuación de lo privado con lo público.
            Las principales intervenciones de Techo se ubican en la problemática de la erradicación definitiva de la pobreza, de aquí se desprende una segunda problemática como la política de viviendas, con el objetivo final trazado en la construcción de la vivienda definitiva para las familias que lo precisen y reducir el déficit habitacional que tiene Argentina como flagelo de la época y una tercer problemática situada en la capacitación a jóvenes excluidos del sistemas a poder generar herramientas para superar situación. Los jóvenes sufren, además del componente material-económico, tiene un importante contenido social, simbólico y subjetivo que no es de menor relevancia y que hace a este proceso de marginación generalizada.[19]
          Algunos lugares que se efectivizaron las principales intervenciones de Techo: Posadas, Neuquén, Río Cuarto, Rosario, La Plata, Salta y en zonas de fuerte exclusión social del gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires.

            Por último, Techo considera como enclave fundamental la perspectiva de derechos y construcción de ciudadanía. Esta consideración sería interesante si se propondría un enfoque con promoción de los derechos, con generación de herramientas necesarias para que los individuos puedan considerarse ciudadanos  y partícipes de la vida comunitaria, con las mismas libertades que cualquier otro integrante de la sociedad. Sin embargo, el problema atañe al "que" y al "cómo" se inscribe la búsqueda de construcción de ciudadanía y ampliación de derechos. La respuesta de la ONG es que el Estado se reduzca a funciones esenciales de la vida, mantener la independencia de la ONG a la hora de intervenir sobre el hecho social y que la agenda social  no tenga un mecanismo de direccionamiento netamente estatal. Pero mantenerse en esa respuesta es retrotraernos a los errores cometidos en la década del 90 y como dice Daniel Arroyo es preciso debatir acerca de "los mecanismos de distribución de los ingresos, la estructura fiscal que financia la política social, el rol de las instituciones públicas y privadas, las formas innovadoras de intervención del Estado y la identificación de nuevas necesidades sociales son algunas de las entradas que se proponen para discutir y construir colectivamente nuevas alternativas para el bienestar".

           

4. Una aproximación crítica sobre la gestión en Techo

4.1 Diagnósticos

                Techo a la hora de definir diagnósticos, modos de evaluar y efectivizar la gestión de sus proyectos, tienen un enclave fundamental para forjar estos objetivos metodológicos: el centro de investigación social de techo (CIS). Este centro tiene bases en los 19 países que se encuentra TECHO, compuesto de un grupo interdisciplinario de profesionales instruidos en temáticas sociales donde se investiga sobre pobreza, desigualdad, exclusión y vulnerabilidad social en zonas de exclusión. En Argentina, este brazo clave de la ONG comenzó a funcionar en 2012 y su elemento distintivo es el planeamiento de problemáticas que se mantienen ancladas en la experiencia directa del trabajo en conjunto con pobladores de comunidades vulnerables. [20]
            La intervención comunitaria de Techo se focaliza en los asentamientos precarios más excluidos, siendo su motor esencial la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios, quienes trabajan para generar soluciones concretas a la problemática de la pobreza. Techo impulsa un proceso continuo de fortalecimiento de la comunidad, considerando el desarrollo comunitario como eje transversal de la intervención.[21]
            El diagnóstico es un proceso de análisis de la realidad que permite: a. Describir los problemas que afectan a los sectores con los cuales se trabajará. b. Interpretar y plantear hipótesis sobre las causas y efectos de tales problemas. c. Definir el rol e importancia de diferentes actores o grupos de interés relacionados con el problema que se desea enfrentar. d. Identificar las estrategias y posibles soluciones a los problemas detectados. E. Identificar recursos disponibles. [22]
            Techo emplea diagnósticos locales para iniciar sus investigaciones referidas a la problemática habitacional y de exclusión social que sufren las personas que son atravesadas por los análisis de la ONG.
            Para la efectivización de los diagnósticos, Techo desarrolla encuestas y catastros de asentamientos precarios, estudios sobre la situación que viven las familias en las villas y viviendas sociales e investigaciones sobre diversas problemáticas que afectan a las comunidades vulnerables. La concentración de los estudios en los últimos años se han signados en realizar relevamientos de villas y asentamientos en Córdoba y el conurbano bonaerense. Cuyo objetivo primario fue asumir el universo de barrios informales (villas y asentamientos) y sus principales problemáticas, a fin de luego actuar o "asistir" en alguna zona de mayor necesidad ante el desigual acceso habitacional que se incurre hace décadas en Argentina.
            En suma, el abordaje del diagnóstico empleado por Techo intenta clarificar problemáticas de exclusión e inclusión y los flagelos habitaciones sin resolver.

          4.2 La gestión / Plan de Microcréditos

            A la hora de hablar de gestión debemos decir que esta no es solo implementación, sino todo el proceso necesario para que un propósito de transformación social se concrete. No es mera administración, es una dinámica de cambio, que incluye una combinación de políticas, instituciones, procesos, mecanismos, herramientas e información para manejar conflictos, buscar consensos y tomar decisiones informadas hacia un propósito de valor público. [23]
            Es por ello que Techo involucra a la idea de gestión los proyectos sobre habilitación social y proporcionar viviendas de emergencias.  El enclave está dado en la gestión habitacional de la pobreza en los epicentros donde la ONG se sitúa.
            Techo concibe a estas cuestiones como temas de interés público. Lo creen así porque intenta remediar e integrar a una parte de la población y alejarla de la exclusión, mediante la generación de oportunidades y provisión de bienes y servicios; es decir esto es de interés público o valor público[24] debido a la generación de externalidades que intentan ser positivas, entendidas como los efectos secundarios que se desprenden de la gestión de la Ong. Tales efectos se manifiestan en la idea de integración de sectores excluidos, a partir de generar o crear empleos, fomentar y recrear condiciones necesarias para tener una vida dignar, como ítems a desarrollar.
            Tomando a María Gabriela Molina y Claudio Torres, se gestiona en un tiempo y espacio determinado y para una población cultural y socialmente específica, por eso la gestión se pregunta, ¿Dónde? ¿Cuándo? introduciendo al análisis el contexto.  No es ingenua, y busca una explicación que avance sobre lo evidente, preguntando ¿que subyace a lo que veo? y así  introduciendo el subtexto. Se pregunta el ¿por qué? buscando el significado y el ¿para qué? que habla del sentido y dirección. Es por ello que Techo fija y adecua sus objetivos en actores o poblaciones especificas; es decir se remite a sectores excluidos y vulnerables de la sociedad pretendiendo resolver o como "focalizar" un accionar paliativo como dicen desde la ONG.
            Para solventar sus investigaciones y su accionar, Techo recibe donaciones de grandes empresas que efectivizan su desempeño. Con las donaciones recibidas, Techo gestiona la construcción de viviendas de emergencia y los programas de habilitación social. Actualmente Techo Argentina desarrolla diversos planes de gestión aplicados a más de 20 barrios del país, estos son: Planes de educación, plan jurídico, plan de microcréditos, plan de capacitación de oficios y plan de salud.
            Un ejemplo claro de gestión es la articulación del plan de microcréditos donde el actor gestiona en un determinado barrio. Este plan, que es parte del programa de habilitación social de TECHO, tiene como objetivo promover el emprendimiento, la  sustentabilidad de los negocios y la promoción de redes sociales.
            El plan de microcréditos abarca ocho rondas en donde cada microcrédito se adjudica a un grupo solidario que se garantiza la subsistencia y desarrollo de las familias promoviendo el capital económico de las comunidades, una idea de negocio y un debido cumplimiento del trato. La metodología grupal, basada en valores, fortalece el cumplimiento oportuno de los pagos mediante la garantía solidaria (todos los miembros del grupos son responsables de la cancelación del préstamo grupal), así como promueve el desarrollo del capital social entre sus miembros, fomentando el desarrollo de redes solidarias en las comunidades. Así, al aplicar a una ronda de microcréditos, es requisito asistir a tres de las charlas informativas que ofrece la organización en el barrio. De los interesados, quienes cumplan este requisito adquieren el microcrédito y para pasar a la siguiente ronda se realiza una evaluación de acuerdo a las condiciones de cumplimiento y desempeño del negocio y se decide si se  sigue o no, proceso que se hace repetitivo a lo largo de las ocho rondas del programa.
                No hay que olvidar la cuestión de la cultura organizacional, que se define como un sistema de significados (normas, valores, códigos éticos y de comunicación, pautas de interacción, etc.) compartido por los actores de la organización, constituyéndose en un rasgo de la misma.[25] Esta cultura se visibiliza en la organización bajo el cúmulo de símbolos y de pautas, ya sea en la arquitectura jerárquica de la ONG o en los distintos lazos que se van constituyendo a lo largo de actividades.
            Tampoco hay que omitir la cuestión referencial de las habilidades de gestión, en cuanto a TECHO como organización no gubernamental, cuenta con una amplia gama jerarquías y posiciones dentro del esquema piramidal de la ONG. Donde se destaca el impulso joven sustentado de abajo hacia arriba y la multiplicidad a la hora de generar  solidaridad interna sumado a la generación de equipos de trabajos para fomentar decisiones más amplias y demandantes.
           
           4.3 Evaluación

            Antes de empezar a desarrollar lo que es la evaluación y el modo de evaluar de Techo, debemos definir que comprendemos por evaluación. Tomando a Niremberg, Ruiz y Brawerman, entendemos por evaluación de programas o proyectos sociales una actividad programada de reflexión sobre la acción, basada en procedimientos sistemáticos de recolección, análisis e interpretación de información, con la finalidad de emitir juicios valorativos fundamentados y comunicables sobre las actividades, resultados e impactos de esos proyectos o programas, y formular recomendaciones para tomar decisiones que permitan ajustar la acción presente y mejorar la acción futura. [26]
            Aquí nuevamente aparece el CIS, quién evalúa y mide el impacto de los programas sociales que realiza Techo, principalmente aquellos relacionados con vivienda, educación y trabajo en asentamientos vulnerables. Periódicamente desarrolla:
Evaluación de los planes de Habilitación Social de TECHO y Evaluación de las viviendas construidas por TECHO. [27]
            Respecto al modo en que generalmente evalúan, Techo se ha inspirado en el modelo de PNUD a la hora de evaluar: la evaluación para obtener resultados. Constituye una herramienta fundamental para mejorar la calidad de los bienes y servicios a prestar. Esta perspectiva implica una apertura hacia la pluralidad de aspectos entre los que se hayan la centralidad en los resultados, la capacidad institucional, la inclusión de actores, incluso aquellos a los que se destina la política; para la toma de decisiones, en términos de mejora de oportunidad, pertinencia, cumplimiento de metas, análisis de impacto. Enfatiza eficiencia y eficacia de programas sociales. Está orientada en la noción de servicio público y en la efectiva rendición de cuentas como componente básico para articular capacidad y transparencia.[28] Techo emplea estrategias metodológicas cuantitativas debido a que este tipo de estrategia permite establecer con precisión la magnitud y el crecimiento del fenómeno estudiado. Particularmente, en los estudios sobre relevamiento de villas y asentamientos, una aproximación cuantitativa permite relevar las cantidades, sus características principales y localización geográfica. También la elaboración estadística de datos y su análisis ha permitido presentar una fotografía de la realidad de los asentamientos en la actualidad, sin desconocer el carácter dinámico del fenómeno.[29] Esto se suma al criterio como enclave decisional pertinente para contemplar cada caso que toma la organización.
            No es menor el rol ideológico de la evaluación, ya que lidia con componentes subjetivos, corporativos y de visión de desarrollo[30]; Es decir con la influencia de los financistas, la visión institucional de la Ong y el modelo internacional de la misma, prima una visión, que bajo el camuflaje institucional y la lógica de la "neobeneficiencia"[31] se inserta en un modelo privatista de la visión sobre las cuestiones sociales.
            La resultante y el impacto de los programas de Techo, han demostrado que si bien generan la opción de brindar otro tipo de visualización sobre temáticas sociales, el accionar sigue siendo una gran paradoja, más allá que construir viviendas de emergencia genera satisfacciones, la casa y la praxis en sí misma no forja un aumento del ingreso o de acumulación de activos, ni tampoco es claro un efecto directo en el mejoramiento de la salud. No deja de entrever su lado asistencialista a la hora del análisis global del accionar de Techo.




5. Estrategias de trabajo de Techo

14 años han pasado desde la fundación de Un Techo Para Mi País, la actualidad refleja el paso de su fase fundacional y expansiva hacia a una nueva etapa de consolidación. Uno de esos cambios ha sido su nueva denominación: Techo. Este cambio se produce luego de un diagnóstico a nivel latinoamericano donde el objetivo principal sigue siendo la erradicación de la pobreza.[32]
Hay dos claves principales a la hora de delimitar la estrategia de trabajo en las que se basa la Ong. En primer lugar, se sitúa la estrategia territorial del voluntariado, que siempre ha sido uno de los pilares de Techo, como valor simbólico y como generación de participación ciudadana. En segundo lugar, situamos a la estrategia de generación de capital social, como mecanismo efectivo para batallar contra el flagelo del déficit habitacional y de la pobreza estructural.
            Si se habla de cambios quiere decir que ha habido cuestiones puntuales que han sido erróneas a la hora de efectivizar realmente una acción social y los designios de la Ong en cuestión. Sin embargo, cabe preguntar: ¿Realmente han existido cambios en la praxis de la Ong, ya sea a la hora de delinear nuevos enclaves y visiones en las estrategias de trabajo, o sólo ha sido una aparente estrategia de marketing basadas en un cambio institucional de imagen y logotipo? 

            5.1 El voluntariado

            Vamos a la primera estrategia de trabajo: el voluntariado. A pesar del bajo nivel de confianza tanto en las instituciones sociales, especialmente en las políticas y gubernamentales, Techo ha logrado alcanzar la gran cifra de 10.000 voluntarios para 2013 en Argentina. El voluntariado se basa en una convicción personal para realizarlo. Es decir; su propia definición nos remite a la existencia de incentivos individuales para llevar adelante acciones voluntarias[33].  De los aproximadamente 10.000 voluntarios que ha tenido Techo en 2013, en su mayoría son jóvenes universitarios que incursionan por primera vez en su vida en la cuestión social de la solidaridad y de la lucha para erradicar la pobreza. Se trata del engranaje que intermedia entre los recursos de la Ong y su accionar empírico. El voluntario dentro de TECHO construye viviendas de emergencia, coordina con los profesionales que supervisan los proyectos de vivienda e implementan los programas de habilitación social, lleva adelante las mesas de trabajo que producen un encuentro y una instancia de conversación entre todos los actores involucrados en un proyecto de vivienda.[34]
            Esto se enlaza a la efervescencia de la participación juvenil post crisis del 2001, para ser parte de la reconstrucción de ciudadanía política y solidaridad emergente. La participación juvenil procura cambiar el presente con autonomía e identidad para derivar de allí el cambio social. Más que apoyarse en ideologías y partidos, las juventudes se manifiestan con expresiones éticas, estéticas y el uso del espacio público.[35]
            Se podría establecer una tipología de voluntarios de Techo: a. Voluntario Permanente: Es aquel que trasciende más allá en el tiempo en la organización. b. Voluntario esporádico: Participa en ocasiones puntales como una construcción o etapa de recaudación de fondos. C. Voluntario no permanente: Se caracteriza por tener un vínculo de corto tiempo con la organización. [36]
            Uno de los beneficios que aporta el voluntariado en su accionar, es la configuración de una comunidad aparente con distintos roles y disposiciones, con la finalidad de mejorar la organización y la consecución de los fines. También dependiendo el grado de involucramiento, los voluntarios pueden acceder a ciertos beneficios de conocimientos y de accionar dentro de la organización. Otra ventaja visible es el contacto directo con la cuestión social y la vida real de las personas en situación de pobreza estructural en los lugares que acciona la organización. La última ventaja perceptible es la participación de los voluntarios con los demás actores participantes a la hora de congeniar estrategias, lazos y redes sociales.
            En cuanto a los aspectos negativos, sin dudas está la cuestión clasista que enmarca a los voluntarios de Techo. En su mayoría son jóvenes que  provienen de clase media o alta y emparentados con universidades o secundarios privados. Tampoco es casual esto, dado los lugares en dónde realizan campaña de "reclutamiento" o recolección de colectas. Otra cuestión que empaña el accionar de Techo es el constante recambio de voluntarios. Es decir; la Ong consta de un porcentaje que supera el 50% de voluntarios no permanentes, que rotan año tras año, impidiendo la formación de una red y estrategia de trabajo firme, solidaria y constitutiva. La última cuestión negativa que intercede es la ideológica. La Ong desde su fundación ha estado bajando lineamientos alejados a la acción estatal, siempre ha defendido su independencia y sus vínculos con las corporaciones que la sostienen y ha persistido en ponderar que la solidaridad y el cambio social se da a partir del involucramiento en los lugares de exclusión, digitando en forma encriptada un asistencialismo aparente.

           5.2 Formación de capital social

            La segunda estrategia de trabajo clave que emplea Techo, se trata de la formación de Capital social. En primer lugar, el concepto de Capital social implica la cesión voluntaria de parte del control que los individuos o grupos tienen sobre los recursos, como una decisión racional realizada en la expectativa de que el retorno de esta inversión superará su costo implica la cesión voluntaria de parte del control que los individuos o grupos tienen sobre los recursos, como una decisión racional realizada en la expectativa de que el retorno de esta inversión superará su costo[37].  Es decir; El término refiere a las normas, confianza, ayuda recíproca y a la cooperación.  Se habla del capital social en el sentido que es un recurso, que en combinación con otros factores, permite lograr beneficios para los que lo poseen. Por otro lado, esta forma específica de capital reside en las relaciones sociales.
            Trasladando la teoría a la praxis, a la hora de efectivizar y concluir una vivienda definitiva, Techo propone un modelo de financiamiento solidario a través de fondeos sustentado por entidades privadas mayoritariamente, que se complementa con un fuerte trabajo paralelo con el capital social en los sitios que intercede la ONG. Pero para ello hay tres factores claves que se desprenden del capital social y  que traen consigo beneficios y limitaciones en la organización. Estos factores son: a. asociatividad. b. redes sociales y c.credibilidad. En cuanto a la asociatividad tiene que ver con la construcción del "nosotros" donde nadie esté en condiciones de obligar a otro, ni de ser obligado por otro.  La asociatividad permite que las personas tiendan  a expresar sus sentimientos, deseos y temores, sirviendo como base para el fortalecimiento de la sociabilidad, que es condición necesaria para generar vínculos asociativos[38]. La limitación de esta cuestión  es la plena configuración y permanencia relacional a la hora de generar  las condiciones para confluir entre pares. Las redes sociales son conjuntos de relaciones sociales o interpersonales que ligan individuos u organizaciones en grupos. El elemento más relevante de las redes sociales son las relaciones mismas y los intercambios producidos dentro de ella. Es fundamental que se generen intercambios recíprocos[39] (entre individuos con recursos y carencias similares dados en un contexto de sociabilidad y confianza). Lo limitante y que ha traído aparejado problemáticas en el pasado en Techo es la conformación de intercambios de tipo redistributivo (patrón-cliente)[40] donde se confunde jerarquías, recursos desiguales y transformándose en las clásicas relaciones de poder. Por último, La confianza es un componente esencial del capital social, ya que cuanto mayor es el grado de confianza dentro de una comunidad, mayor la probabilidad de cooperación. Y la cooperación, a su vez, refuerza la confianza[41]. Es aquí donde surge la idea de credibilidad institucional, que tiene que ver con las expectativas que surjan de las experiencias como de la información disponible[42].  El problema surge cuando no se respeta el estricto apego a las normas o que los actores vinculados a ellas no respetan sus decisiones.

            En resumen, Techo ha modificado y redefinido su imagen y sus estrategias de acción a nivel organizacional. El empleo de estrategias de voluntariado y formación de capital social contienen la esencia del cambio de paradigma de la ONG. Sin embargo, hay cuestiones a resolver y que se intentan camuflar bajo el sol de la propaganda o del rol mediático de la organización. Es decir: La cuestión ideológica, clasista o la problemática del recambio permanente, para constituir una red firme de efectivización de estrategias de trabajo firme, solidaria y constitutiva, los lineamientos  alejados a la acción estatal y sus vínculos con las corporaciones que la sostienen, o ponderar al concepto de solidaridad y cambio social bajo rótulos asistencialistas.
            De modo que si se pretende un desarrollo comunitario, en pos de erradicar la pobreza, las estrategias de trabajo no deben descuidar cuestiones valorativas, ideológicas y de promoción social. El énfasis en la masificación de un voluntariado crítico, participativo y solidario es una respuesta eficaz para salir de los errores del pasado, como también la formación de Capital social en contextos de exclusión social. que tengan como base a las relaciones sociales sostenidas por sentimientos de solidaridad, entre los grupos de personas y no la reproducción de condiciones que rompan este círculo y lazo colectivo.

6. Conclusión
Techo: ¿Ha sido una herramienta de transformación para modificar los estándares de exclusión y marginalidad social? o ¿ha sido el objeto de acción del ideario neoliberal de la década del 90?
            Techo surgió bajo la impronta de la década del 90 y bajo el cúmulo de un contexto donde el rol del Estado era visto como carente de soluciones a las demandas ciudadanas. Es decir, se introdujo a la aplicación de la llamada neobeneficencia, "una práctica que retoma elementos de la beneficencia tradicional como la ayuda inmediata, la asistencia directa, el rechazo a la política y al conflicto social, y en ocasiones la pertenencia de clase, y los fusiona con elementos nuevos como las alianzas con el mundo empresario y una nueva ocupación del espacio público[43]".

            Techo ha sido un producto más de los tantos que han emergido durante la época neoliberal, cuyo desarrollo estuvo estrechamente relacionado con el escenario y el orden mundial imperante. Donde su perfil, objetivo y misión estuvo determinada bajo la óptica apadrinada de las grandes multinacionales, la iglesia católica y hasta del financiamiento del Banco Mundial.  Todo este entramado no fue ingenuo, tenía como destinatario al cambio de paradigma cultural con la recreación de voluntarios honestos y eficientes, derrocar la idea de un Estado eficiente, fuerte y benefactor, recrear un hábitat de libertad liberal a la hora de participar en la cuestión social y poner en foco la disputa territorial entre privatistas y estatistas por la política de viviendas. 

            Está lucha ideológica indirecta que se percibe y que se entrecruza con la cuestión social, no es una mera ironía de la época, es una línea que se mantiene hace largo tiempo ya. La impronta de un nuevo renacer del Estado en América Latina y el aggionarmiento de las OSC como actores de renombre, plantea otro escenario para estas discursivas que impera con la globalización y baja a través de sus brazos instituidos en los organismos multilaterales, las grandes corporaciones y la conexión religiosa. También la resignificación de la sociedad civil marcha hacía otros estándares de interacción social en los tiempos que vivimos pero eso no quiere decir que hayamos dejado atrás o que no existan más atisbos de reflujo neoliberal.

            Techo no deja de ser un actor menor en los desafíos que tiene el Estado en su interrelación con la sociedad civil. Por ello, es fundamental reflexionar lo que ha ocurrido en las últimas dos décadas en Argentina y tratar de comprender que no ha sido una herramienta de transformación para modificar los estándares de exclusión y marginalidad social, sino que se ha mostrado como una herramienta fundamental del ideario neoliberal que se mantiene hasta estos días.

7. Bibliografía

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[1] Historia de Un Techo Para Mi País. Extracto disponible en www.Techo.org
[2] Eloy Malla, "El desarrollo como crecimiento económico", clase número 3, Flacso. Pág 8.
[3]  ¿Qué es Techo?. Extracto disponible en www.Techo.org
[4] Misión y Visión. Extracto disponible en www.Techo.org
[5] NOGUEIRA, Marco Aurélio, "La sociedad civil como campo de luchas, como recurso gerencial y como espacio ético" en Revista del CLAD Reforma y Democracia. Febrero, 2003. Pág. 9
[6] Contexto e imagen institucional de UTPMP. Extracto disponible en http://unteecho.blogspot.com.ar/2010/12/contexto-e-imagen-institucional.html
[7] De Piero, Sergio, "Organizaciones de la sociedad civil", Paidós, Bs. As, 2005. Pág 115.
[8] Preguntas frecuentes sobre UTPMP. Extracto disponible en www.Techo.org
[9] Giorgetti, Daniel,"Las OSC del campo eductivo, clasificaciones y características", clase número2, Flacso.
[10] Ibíd.
[11] ¿Qué es Techo?. Extracto disponible en www.Techo.org

[12]Contrucci, Isabel,"Participación en política de vivienda: el Caso de Chile". Centro de Investigación Social. Pág. 14.
[13]Castillo, M. J., & Hidalgo, R.(2007). 1906-2006 Cien años de política de vivienda en Chile. Santiago:
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[14]Contrucci, Isabel,"Participación en política de vivienda: el Caso de Chile". Centro de Investigación Social. Pág. 15.
[15]Tironi, E. (2008). La cohesión social latinoamericana. Santiago: CIEPLAN
[16] Francisco Susmel, director general de la sede Salta de UTPMP
[17]Bettoni, Analía y Pereira, Javier, "Presente y futuro del voluntariado en Uruguay". Universidad Católica del Uruguay 2012. Pág.85.
[18] ¿Qué es Techo?. Extracto disponible en www.Techo.org
[20] ¿Qué es el centro de investigación social (CIS)?. Extracto disponible en www.Techo.org
[21] ¿Qué es Techo?. Extracto disponible en www.Techo.org
[22] Molina, María Gabriela, "La elaboración de diagnósticos locales". Clase número 3, módulo 3, Flacso 2013.
[23]  Molina, María Gabriela y Torres, Claudia, "Un enfoque para la gestión". Clase número 2, módulo 3. Flacso 2013.
[24] Ibíd.
[25] Ibíd.
[26] NIRENBERG, Olga, RUIZ, Violeta Y BRAWERMAN, Julius, "Evaluar para la transformación". Editorial Paidos, Buenos Aires , 2000.
[27] Áreas de trabajo TECHO. Extracto disponible en: http://www.techo.org/techo/cis/areas-de-trabajo/
[28]  "Evaluación de proyectos y programas". Clase número 4, módulo 3. Flacso 2013.
[29]  Revelamiento de asentamientos informales de la Provincia de Córdoba. Extracto disponible en: http://www.techo.org/paises/argentina/wp-content/uploads/2012/06/Catastrocordobafinal.pdf
[30] Evaluación de proyectos y programas. Clase número 4, módulo 3. Flacso 2013.
[31] De Piero, Sergio, "Organizaciones de la sociedad civil", Paidós, Bs. As, 2005. Pág 116.
[32] ¿Por qué somos Techo? Extracto disponible:  www.techo.org/por-que-somos-techo/
[33] Brugnoni, Pablo. "Estado, grupos sociales y voluntariado: Reflexiones para el debate desde una perspectiva comparada". Montevideo, noviembre de 2009. Pág.15.
[34] Atria, Jorge. "Capital Social y Voluntariado: claves para un financiamiento solidario de la vivienda social. El caso de la fundación Un Techo para Chile". Pág.27.
[35] InstitutoNacional de la Juventud, "Participación social, emprendimiento juvenil y voluntario" en Revista observatorio de la juventud. Pág.16.

[36] Bettoni, Analía y Pereira, Javier. "Presente y futuro del voluntariado en Uruguay". Universidad Católica del Uruguay 2012. Pág.87.
[37] Forni, Pablo, Castronuovo, Luciana y Nardone, Mariana. "Redes, capital social y desarrollo". Clase II, apartado IV.


[38] Un Techo para Chile. "Prácticas asociativas y redes sociales en sistemas excluidos: El caso de los comités de vivienda en campamentos de la región metropolitana". Pág.8
[39] Lomnitz, Larissa.“Lo formal y lo informal en las sociedades contemporáneas” Ediciones Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. Santiago, Chile, 2008. Pág.3
[40] Ibíd. Pág.3
[41] Coleman, J.S. Foundations of Social Theory. Cambridge: Belknap Press of Harvard University Press. Pág. 171
[42] Hernández Rodríguez, Rogelio. “Credibilidad institucional y consolidación
democrática en México”, Estudios sociológicos XIX. Pág.697
[43] De Piero, Sergio, "Organizaciones de la sociedad civil", Paidós, Bs. As, 2005. Pág 116.