Por: Santiago Parodi
TECHO: ¿Herramienta de
transformación social u objeto de acción del ideario neoliberal?
1. Introducción
En
diversos ámbitos se han planteado debates sobre si la beneficencia o la
solidaridad, a partir de ONG o de privados podrían encauzar situaciones que
mejoren situaciones de pobreza o de marginalidad social.
En 14 años de Techo, esta ONG ha sufrido diversas
metamorfosis, tal es esa transformación que se puede apreciar desde el cambio
de nombre, en la expansión a nivel países y en el crecimiento de aéreas de aplicación
de la ONG.
A lo largo de este ensayo trataré de dilucidar, de
polemizar y debatir acerca del verdadero rol de Techo, partiendo de su origen,
sus objetivos, su misión. También trataré la temática sobre la relación que
tiene Techo con el Estado y su participación en políticas públicas
(Intervención, voluntarismo y formación de redes). En tercer lugar haré
hincapié en la gestión que lleva a cabo la ONG en cuestión, ya sea en el
aspecto de los diagnósticos, los modos de evaluar y efectivizar la acción de
sus iniciativas y proyectos. En cuarto lugar delimitaré las estrategias de
trabajo de Techo ( El empleo de estrategias de voluntariado y la formación de
capital social). Estos aspectos recubiertos sobre las potencialidades y debilidades
que pueden surgir en el presente y el futuro de la ONG en cuestión. Por último
responderé la pregunta clave que nos envuelve: ¿Techo es una herramienta de
transformación social u objeto de acción del ideario neoliberal?
2. ¿Qué es Techo?
Un techo
para mi país fue creado en 1997 como una ONG que tenía cómo slogan el
"sueño de superar la situación de pobreza en la que vivían millones de
personas".
Techo es
producto del escenario neoliberal que se instala en la década del 90 en América
latina. Su surgimiento se inicia en Chile en 1997 para luego expandirse a 19
países de América latina. Su lógica consiste en la construcción de viviendas de
emergencia, en conjunto con las familias que viven en condiciones pobreza o
marginalidad social, en búsqueda de soluciones concretas para este flagelo que
atañe a millones en Latinoamérica.
Es decir; con la impronta del neoliberalismo y el
achicamiento del Estado, los gobiernos de la región convocan a las ONG a la
ejecución de programas focales y compensatorios para aliviar los efectos de los
programas macro de ajuste estructural.
Se instala el modelo de ONG
cómo herramienta de gestión eficiente y transparente, y se expande la idea de
un Estado corrupto e ineficiente.
Los objetivos de Techo, según la página oficial
de la ONG, se basan en lograr una sociedad justa y sin pobreza, donde todas las personas tengan las
oportunidades para desarrollar sus capacidades y puedan ejercer y gozar
plenamente sus derechos. Es decir, ligado a la
discursiva del viejo esquema de integración social, estrategia empleada desde
los organismos multilaterales como lógicas de imposición hacia adentro de los
estados y la aceptación de los distintos estados latinoamericanos en la década
de los 90, como conjunción del paquete neoliberal de la época. Más que ser un
cambio profundo y generación de políticas sociales que modifiquen de raíz las
situaciones de exclusión y marginalidad social, son paliativos y
acompañamientos de mínima del discurso global.
La misión de Techo se sitúa en trabajar en los asentamientos
precarios para superar la pobreza, a través de la formación y acción conjunta
de sus pobladores y jóvenes voluntarios, promoviendo el desarrollo comunitario,
denunciando la situación en la que viven las comunidades más excluidas e incidiendo
junto a otros en política. Esto
claramente se enmarca en el rango voluntariado o asistencialismo tradicional,
una adecuación directa en el plano de una sociedad civil liberal. Un perfil que se aleja de la mirada cercana
del Estado y mucho menos de efectivizar lazos comunes. La impronta ideológica está más que marcada,
donde en la propia demarcación está signada en la mirada de una visión global
de cómo reemplazar el brazo estatal social por el brazo solidario del
voluntario de las ONG.
En este entramado, Techo se
fue introduciendo en la vida de los argentinos lentamente. Primero, con aportes
de firmas multinacionales para adentrar el producto en el territorio nacional.
Segundo, bajo el esquema de beneficios que le posibilitó la época y un Gobierno
Nacional menemista, y luego aliancista, que le abrió los puentes para la
amplitud de la red de la ONG para trabajar en la zonas "abandonadas"
por el Estado noventista. Es más, esto es reafirmado por varios bloggeros de Techo,
en donde dan cuenta que llevan el rol que debería ocupar el Estado asistiendo a
sectores marginales de la población.
Entonces, el rol de la ONG se convierte en un producto asistencialista que
irrumpe en áreas sociales claves del entramado estatal para abogar y
propagandear lógicas privatistas, y también bajada de línea ideológica.
Esa lógica de neo-beneficiencia responde a la crisis de representación,
a la crisis de identidades políticas y a la teoría economicista de las
libertades de una clásica sociedad liberal.
Así, la organización funciona para sus miembros como un
ejercicio de autocomplacencia: “la solidaridad aparece como terapia
y entretenimiento”, es una “solidaridad para estar bien con uno
mismo” , y además es
vista como una práctica “honesta” y “desinteresada” (voluntaria) en
contraposición a “la política concebida como corrupta
y saturada de intereses mezquinos”.
Este perfil
voluntarista y asistencialista de Techo se encuadra en las antípodas de una
verdadera posición de política social inclusiva y universal. Seguramente no es
esa la motivación de esta clase de ONG, de lo contrario no habría una exclusiva
política focalizada sustentada en la construcción de viviendas, sin importar la
relación con el Estado como intermediario y conector de políticas públicas, y
mucho menos el paradigma cultural que eso significa. Es por ello que la
intervención y gestión de la ONG, tal como lo aclara la página oficial "se
focaliza". "La intervención
comunitaria de TECHO se focaliza en los asentamientos precarios más excluidos,
siendo su motor esencial la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes
voluntarios, quienes trabajan para generar soluciones concretas a la
problemática de la pobreza. TECHO impulsa un proceso continuo de
fortalecimiento de la comunidad, considerando el desarrollo comunitario como
eje transversal de la intervención"..
No es menor, tal como lo reconoce Techo, quienes son los principales
aliados y financistas que
posibilitan el emprendimiento: ¿Banco Interamericano de Desarrollo a través del
Fondo Multilateral de Inversiones, Burson Marsteller, BCG, Deloitte y Young
& Rubicam, Banco Santander, Lan, Claro, Easy, etc. Más la conjunción del
apoyo de la Iglesia católica y de los organismos multilaterales. Todo encuadra,
en el porvenir de reasegurar beneficios y voluntades para pocos. Muy alejado de
la coordinación mixta que entre OSC y Estado, o que la regulación estatal
maneje las reglas de juego o las voluntades de los accionistas de turno. Cómo tampoco es menor que se de este debate o
conflictividad entre Estado y ONG en la disputa de causas sociales, más precisamente en la temática de viviendas.
Un tema muy candente en las últimas dos décadas en
Argentina, donde siempre hubo un déficit vital a la hora de responder a las
demandas de los ciudadanos.
3.
Techo y Estado; una relación compleja, distante y con visiones alejadas
3.1 Formación de redes
Techo tiene
como pilares fundamentales desarrollar la conciencia social y el espíritu
solidario con base en el trabajo voluntario. El objetivo máximo es la reducción
de la pobreza extrema contribuyendo con la necesidad de una vivienda mínima. Es
por ello que la ONG enfoca su mirada al diseño de estrategias de intervención
que apuntan a provocar cambios en las condiciones de vida de las personas, ya
sea en su núcleo familiar y en la problemática de vivienda. Está claro el esquema focalizador de TECHO y
su impronta del devenir privado frente al accionar del estado. Por eso se involucra e intercede en un área
sensible como es la temática social y la problemática de viviendas, espacio que
fue intervenido y manipulado de manera abismal por las Ong con la afluencia de
los organismos multinacionales durante la década de los 90.
A
la hora de introducirnos en la temática de intervención, es necesario mencionar
la formación de redes, que resulta clave en la existencia, el crecimiento y la
caracterización de las OSC, no sólo porque constituye una estrategia de
fortalecimiento y consolidación, sino porque es un modelo de articulación
social predominante y permite interacciones más flexibles con otros actores
sociales.
En este caso concreto, Techo plantea la generación de vínculos y la conexión
con las redes sociales, como proceso de desarrollo de capacidades y
construcción de cohesión y capital social.
"La red implica una
articulación permanente, sistematizada a través de reuniones y de acuerdos más
o menos explícitos, distinción de roles y ámbitos de acción conjunta. Aunque en
muchos casos no se trate de una red en sentido estricto, todas las OSC tienden
a vincularse por tema, por territorialidad o por afinidad de intereses
socio-políticos". ¿Qué pasa con el caso en cuestión? Techo, al menos en Argentina, no tiene un
acuerdo ni una relación directa con el estado nacional, aunque mantiene
diálogos y contactos con algunos gobiernos locales pero en mayor medida actúa
bajo financiamiento de entidades privadas, colectas mensuales, donaciones y
personas alejadas de militancia política o ámbito público. Éstas surgen de un
reclutamiento al estilo de militancia política pero bajo el paraguas de la
solidaridad social privada. Es decir, bajo el camuflaje de las buenas
intenciones y de slogan "apolíticos" intentan obtener reclutamiento o
mejor dicho, voluntarios en la sociedad en consonancia al aporte de grandes empresas
privadas. Tal cual lo anuncian en su página web "buscaremos potenciar nuestras relaciones con el sector privado,
logrando generar alianzas mucho más integrales, que reflejen una fuerte
identificación de los socios con la visión y misión de TECHO".
Este
perfil voluntarista y asistencialista de Techo se encuadra en las antípodas de
una verdadera posición de política social inclusiva y universal. Seguramente no
es esa la motivación de esta clase de ONG, de lo contrario no habría una
exclusiva política focalizada sustentada en la construcción de viviendas, sin
importar la relación con el Estado como intermediario y conector de políticas
públicas, y mucho menos el paradigma cultural que eso significa.
La directiva de reclutamiento tiene como
objetivo primario sumar jóvenes universitarios con cierta inclinación a la
concientización social pero alejados de la política partidaria. Techo aprovecha
dos instancias contextuales de la Argentina del siglo 20 y 21. En los 90, se
beneficia del contexto político de la era menemista para suplir el
"vacío" del rol del estado en políticas públicas y sociales, y en los
2000, aprovecha la efervescencia política post crisis 2001 y el impulso joven
hacia la política y las causas sociales.
Se entiende a la
participación social como contribuyente a la existencia de una sociedad civil
“densa”, con organizaciones y colectivos capaces de canalizar los intereses y
motivaciones privadas hacia un espacio de interlocución pública. Sólo mediante
una participación efectiva y constante, la ciudadanía puede ejercerse
plenamente, mejorando la relación entre el ciudadano y el Estado.
3.2 Techo y su participación en políticas públicas
Respecto a los niveles de
participación de Techo en políticas públicas hay que decir que el objetivo
principal es lograr la erradicación de la pobreza estructural mediante la
construcción de viviendas definitivas. Ante esto, es fundamental el grado de
cohesión social que se logre entre las partes integrantes para llevar a cabo la
institucionalización de la labor de Techo.
Es allí donde las familias, los profesionales y los voluntarios conjugan
el grado de cohesión para llevar a cabo la finalidad del objetivo que los une.
A la participación, se le
agregan componentes que se pliegan. Es decir, aquellos efectos esperados de la
participación en la aplicación de la política llevada a cabo por la ONG.
Estamos hablando de la satisfacción y beneficios de un proceso ( la
“diferencia” entre la evaluación cognitiva que se hace acerca de la situación
actual, en este caso la adquisición de una vivienda definitiva, y las
aspiraciones que se tenían sobre esta situación), la
eficacia y eficiencia (se estima que la participación tiene como efectos
positivos la optimización de los recursos -eficiencia- y la maximización de los
métodos utilizados para lograr el objetivo final de la política pública en
cuestión -eficacia-),
calidad de vida (mejorar las condiciones materiales del contexto comunitario,
como una participación en política de vivienda) y
cohesión social (los beneficios de políticas públicas orientadas a una mayor
cohesión social, pueden observarse a través de mayor integración social y por
medio de la consolidación del capital social, posibilitando así, el traspaso y
distribución de bienes y oportunidades en la sociedad).
También se
puede agregar a la cultura institucional como elemento importante y, a veces, un muro en el intercambio con
otras organizaciones. Ya sea en el aspecto de conformación de diálogos, puentes
e intercambios.
3.3 Modelo de intervención de Techo
El modelo de
intervención de Techo sitúa su enfoque donde todas las actividades y planes que
se ejecutan apuntan al fortalecimiento y desarrollo comunitario. Desde la
inserción en los asentamientos se impulsa la organización comunitaria,
promoviendo la participación y corresponsabilidad de los pobladores de la
comunidad. Al respecto, dicho modelo se efectiviza gracias al capital privado y
no al empleo de herramientas públicas, tal como lo afirma
Francisco Susmel “no
nos interesa que los Estados aporten dinero a la ONG, porque con las colectas
de la sociedad y la donación de empresas privadas nos alcanza para las
construcciones. Desde la ONG pretendemos que el Estado se aboque a solucionar
problemas estructurales, como agua potable, cloacas y electricidad".
El proyecto de Techo se estructura en tres etapas de
intervención:
A. Construcción de
Viviendas de Emergencia. Se satisface la falta de una vivienda a través de la
construcción de una mediagua de tres por seis entendiéndola como una solución
de emergencia que “da esperanza a las familias para dar inicio a un proceso de
real mejoramiento de su calidad de vida.
B.
Habilitación Social. Se desarrolla una propuesta de habilitación social
permanente teniendo como foco principal la organización comunitaria y la entrega
de herramientas con el objetivo de contribuir a disminuir la situación de
vulnerabilidad que impide a estas familias salir de la extrema pobreza.
C.
Construcción de una vivienda definitiva. Se desarrolla una propuesta de barrio
sustentable en conjunto con las familias del asentamiento a través de la
construcción de viviendas definitivas. En esta última etapa se le agregan la
identificación de otras necesidades prioritarias y se desarrollan programas
para enfrentarlas. Por ejemplo: Fondos
concursables para desarrollo de proyectos comunitarios o fomento productivo
para el desarrollo de emprendimientos.
Estas tres
etapas de intervención de techo siguen una lógica de andamiaje impartidas desde
la base central en Chile. Desde allí, el nivel de abordaje de intervención ya
se sitúa en la tercera etapa frente a un nivel inicial en Argentina. Eso tiene
que ver más que nada por el tiempo de intervención de la ONG en Chile y con el
nivel de presupuesto e inversionistas que cuenta cada filial.
Techo interviene en asentamientos
precarios, siendo su motor esencial la acción conjunta de sus pobladores y
jóvenes voluntarios. La línea
discursiva que baja desde la organización es la de brindar un proceso continuo
de fortalecimiento de la comunidad, siendo el desarrollo comunitario el eje
transversal de intervención. De lo que no emite palabras, es del rol del Estado
para acompañar estas políticas y ni la adecuación de lo privado con lo público.
Las principales intervenciones de Techo
se ubican en la problemática de la erradicación definitiva de la pobreza, de
aquí se desprende una segunda problemática como la política de viviendas, con
el objetivo final trazado en la construcción de la vivienda definitiva para las
familias que lo precisen y reducir el déficit habitacional que tiene Argentina
como flagelo de la época y una tercer problemática situada en la capacitación a
jóvenes excluidos del sistemas a poder generar herramientas para superar
situación. Los jóvenes sufren, además del componente material-económico, tiene un importante
contenido social, simbólico y subjetivo que no es de menor relevancia y que
hace a este proceso de marginación generalizada.
Algunos lugares que se efectivizaron las principales intervenciones de
Techo: Posadas, Neuquén, Río Cuarto, Rosario, La Plata, Salta y en zonas de
fuerte exclusión social del gran Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires.
Por
último, Techo considera como enclave fundamental la perspectiva de derechos y
construcción de ciudadanía. Esta consideración sería interesante si se
propondría un enfoque con promoción de los derechos, con generación de
herramientas necesarias para que los individuos puedan considerarse
ciudadanos y partícipes de la vida
comunitaria, con las mismas libertades que cualquier otro integrante de la
sociedad. Sin embargo, el problema atañe al "que" y al
"cómo" se inscribe la búsqueda de construcción de ciudadanía y
ampliación de derechos. La respuesta de la ONG es que el Estado se reduzca a
funciones esenciales de la vida, mantener la independencia de la ONG a la hora
de intervenir sobre el hecho social y que la agenda social no tenga un mecanismo de direccionamiento
netamente estatal. Pero mantenerse en esa respuesta es retrotraernos a los
errores cometidos en la década del 90 y como dice Daniel Arroyo es preciso
debatir acerca de "los
mecanismos de distribución de los ingresos, la estructura fiscal que financia
la política social, el rol de las instituciones públicas y privadas, las formas
innovadoras de intervención del Estado y la identificación de nuevas
necesidades sociales son algunas de las entradas que se proponen para discutir
y construir colectivamente nuevas alternativas para el bienestar".
4. Una
aproximación crítica sobre la gestión en Techo
4.1 Diagnósticos
Techo a la
hora de definir diagnósticos, modos de evaluar y efectivizar la gestión de sus
proyectos, tienen un enclave fundamental para forjar estos objetivos
metodológicos: el centro de investigación social de techo (CIS). Este centro
tiene bases en los 19 países que se encuentra TECHO, compuesto de un grupo
interdisciplinario de profesionales instruidos en temáticas sociales donde se
investiga sobre pobreza, desigualdad, exclusión y vulnerabilidad social en
zonas de exclusión. En Argentina, este brazo clave de la ONG comenzó a
funcionar en 2012 y su elemento distintivo es el planeamiento de problemáticas
que se mantienen ancladas en la experiencia directa del trabajo en conjunto con
pobladores de comunidades vulnerables.
La intervención comunitaria de Techo se focaliza en
los asentamientos precarios más excluidos, siendo su motor esencial la acción
conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios, quienes trabajan para generar
soluciones concretas a la problemática de la pobreza. Techo impulsa un proceso
continuo de fortalecimiento de la comunidad, considerando el desarrollo
comunitario como eje transversal de la intervención.
El diagnóstico es un proceso de análisis de
la realidad que permite: a. Describir los problemas que afectan a los sectores
con los cuales se trabajará. b. Interpretar y plantear hipótesis sobre las
causas y efectos de tales problemas. c. Definir el rol e importancia de
diferentes actores o grupos de interés relacionados con el problema que se
desea enfrentar. d. Identificar las estrategias y posibles soluciones a los
problemas detectados. E. Identificar recursos disponibles.
Techo emplea diagnósticos locales para
iniciar sus investigaciones referidas a la problemática habitacional y de
exclusión social que sufren las personas que son atravesadas por los análisis
de la ONG.
Para la efectivización de los diagnósticos, Techo
desarrolla encuestas y catastros de asentamientos precarios, estudios sobre la
situación que viven las familias en las villas y viviendas sociales e
investigaciones sobre diversas problemáticas que afectan a las comunidades
vulnerables. La concentración de los estudios en los últimos años se han
signados en realizar relevamientos de villas y asentamientos en Córdoba y el
conurbano bonaerense. Cuyo objetivo primario fue asumir el universo de barrios
informales (villas y asentamientos) y sus principales problemáticas, a fin de
luego actuar o "asistir" en alguna zona de mayor necesidad ante el
desigual acceso habitacional que se incurre hace décadas en Argentina.
En suma, el abordaje del diagnóstico empleado por Techo
intenta clarificar problemáticas de exclusión e inclusión y los flagelos
habitaciones sin resolver.
4.2 La gestión / Plan de
Microcréditos
A la hora de hablar de gestión debemos decir que esta no
es solo implementación, sino todo el proceso necesario para que un propósito de
transformación social se concrete. No es mera administración, es una dinámica
de cambio, que incluye una combinación de políticas, instituciones, procesos,
mecanismos, herramientas e información para manejar conflictos, buscar
consensos y tomar decisiones informadas hacia un propósito de valor público.
Es por ello que Techo involucra a la idea de gestión los
proyectos sobre habilitación social y proporcionar viviendas de emergencias. El enclave está dado en la gestión
habitacional de la pobreza en los epicentros donde la ONG se sitúa.
Techo concibe a estas cuestiones como temas de interés
público. Lo creen así porque intenta remediar e integrar a una parte de la
población y alejarla de la exclusión, mediante la generación de oportunidades y
provisión de bienes y servicios; es decir esto es de interés público o valor
público
debido a la generación de externalidades que intentan ser positivas, entendidas
como los efectos secundarios que se desprenden de la gestión de la Ong. Tales
efectos se manifiestan en la idea de integración de sectores excluidos, a
partir de generar o crear empleos, fomentar y recrear condiciones necesarias
para tener una vida dignar, como ítems a desarrollar.
Tomando a María Gabriela Molina y Claudio Torres, se gestiona en un tiempo y espacio determinado y para una
población cultural y socialmente específica, por eso la gestión se pregunta,
¿Dónde? ¿Cuándo? introduciendo al análisis el contexto. No es ingenua, y
busca una explicación que avance sobre lo evidente, preguntando ¿que subyace a
lo que veo? y así introduciendo el subtexto. Se pregunta el ¿por qué?
buscando el significado y el ¿para qué? que habla del sentido y dirección. Es
por ello que Techo fija y adecua sus objetivos en actores o poblaciones
especificas; es decir se remite a sectores excluidos y vulnerables de la
sociedad pretendiendo resolver o como "focalizar" un accionar
paliativo como dicen desde la ONG.
Para solventar sus investigaciones y
su accionar, Techo recibe donaciones de grandes empresas que efectivizan su
desempeño. Con las donaciones recibidas, Techo gestiona la construcción de
viviendas de emergencia y los programas de habilitación social. Actualmente
Techo Argentina desarrolla diversos planes de gestión aplicados a más de 20
barrios del país, estos son: Planes de educación, plan jurídico, plan de
microcréditos, plan de capacitación de oficios y plan de salud.
Un ejemplo claro de gestión es la
articulación del plan de microcréditos donde el actor gestiona en un
determinado barrio. Este plan, que es parte del programa de habilitación
social de TECHO, tiene como objetivo promover el emprendimiento, la sustentabilidad de los negocios y la
promoción de redes sociales.
El plan de microcréditos abarca ocho rondas en donde cada
microcrédito se adjudica a un grupo solidario que se garantiza la
subsistencia y desarrollo de las familias promoviendo el capital económico de
las comunidades, una idea de negocio y un debido
cumplimiento del trato. La metodología grupal, basada en valores, fortalece el
cumplimiento oportuno de los pagos mediante la garantía solidaria (todos los
miembros del grupos son responsables de la cancelación del préstamo grupal),
así como promueve el desarrollo del capital social entre sus miembros,
fomentando el desarrollo de redes solidarias en las comunidades. Así, al
aplicar a una ronda de microcréditos, es requisito asistir a tres de las
charlas informativas que ofrece la organización en el barrio. De los interesados,
quienes cumplan este requisito adquieren el microcrédito y para pasar a la
siguiente ronda se realiza una evaluación de acuerdo a las condiciones de
cumplimiento y desempeño del negocio y se decide si se sigue o no,
proceso que se hace repetitivo a lo largo de las ocho rondas del programa.
No
hay que olvidar la cuestión de la cultura organizacional, que se define como un
sistema de significados (normas, valores, códigos éticos y de comunicación,
pautas de interacción, etc.) compartido por los actores de la organización,
constituyéndose en un rasgo de la misma. Esta
cultura se visibiliza en la organización bajo el cúmulo de símbolos y de
pautas, ya sea en la arquitectura jerárquica de la ONG o en los distintos lazos
que se van constituyendo a lo largo de actividades.
Tampoco hay que omitir la cuestión referencial de las
habilidades de gestión, en cuanto a TECHO como organización no gubernamental,
cuenta con una amplia gama jerarquías y posiciones dentro del esquema piramidal
de la ONG. Donde se destaca el impulso joven sustentado de abajo hacia arriba y
la multiplicidad a la hora de generar solidaridad interna sumado a la generación de
equipos de trabajos para fomentar decisiones más amplias y demandantes.
4.3 Evaluación
Antes de empezar a desarrollar lo que es la evaluación y
el modo de evaluar de Techo, debemos definir que comprendemos por evaluación.
Tomando a Niremberg, Ruiz y Brawerman, entendemos por evaluación de programas o
proyectos sociales una actividad programada de reflexión sobre la acción,
basada en procedimientos sistemáticos de recolección, análisis e interpretación
de información, con la finalidad de emitir juicios valorativos fundamentados y
comunicables sobre las actividades, resultados e impactos de esos proyectos o
programas, y formular recomendaciones para tomar decisiones que permitan
ajustar la acción presente y mejorar la acción futura.
Aquí nuevamente aparece el CIS, quién evalúa y mide el
impacto de los programas sociales que realiza Techo, principalmente aquellos
relacionados con vivienda, educación y trabajo en asentamientos vulnerables.
Periódicamente desarrolla:
Evaluación de los planes de
Habilitación Social de TECHO y Evaluación de las viviendas construidas por
TECHO.
Respecto al modo en que generalmente evalúan, Techo se ha
inspirado en el modelo de PNUD a la hora de evaluar: la evaluación para obtener
resultados. Constituye una herramienta fundamental para mejorar la calidad de
los bienes y servicios a prestar. Esta perspectiva
implica una apertura hacia la pluralidad de aspectos entre los que se hayan la
centralidad en los resultados, la capacidad institucional, la inclusión de
actores, incluso aquellos a los que se destina la política; para la toma de
decisiones, en términos de mejora de oportunidad, pertinencia, cumplimiento de
metas, análisis de impacto. Enfatiza eficiencia y eficacia de programas
sociales. Está orientada en la noción de servicio público y en la efectiva
rendición de cuentas como componente básico para articular capacidad y transparencia.
Techo emplea estrategias metodológicas cuantitativas debido a
que este tipo de estrategia permite establecer con precisión la magnitud y el
crecimiento del fenómeno estudiado. Particularmente, en los estudios sobre
relevamiento de villas y asentamientos, una aproximación cuantitativa permite
relevar las cantidades, sus características principales y localización
geográfica. También la elaboración estadística de datos y su análisis ha
permitido presentar una fotografía de la realidad de los asentamientos en la
actualidad, sin desconocer el carácter dinámico del fenómeno. Esto
se suma al criterio como enclave decisional pertinente para contemplar cada
caso que toma la organización.
No es menor el rol ideológico de la evaluación, ya que lidia con componentes subjetivos, corporativos y de visión de
desarrollo;
Es decir con la influencia de los financistas, la visión institucional de la
Ong y el modelo internacional de la misma, prima una visión, que bajo el
camuflaje institucional y la lógica de la "neobeneficiencia" se
inserta en un modelo privatista de la visión sobre las cuestiones sociales.
La resultante y el impacto de los
programas de Techo, han demostrado que si bien generan la opción de brindar
otro tipo de visualización sobre temáticas sociales, el accionar sigue siendo
una gran paradoja, más allá que construir viviendas de emergencia
genera satisfacciones, la casa y la praxis en sí misma no forja un aumento del
ingreso o de acumulación de activos, ni tampoco es claro un efecto directo en
el mejoramiento de la salud. No deja de entrever su lado asistencialista a
la hora del análisis global del accionar de Techo.
5. Estrategias
de trabajo de Techo
14 años han pasado desde la
fundación de Un Techo Para Mi País, la actualidad refleja el paso de su fase
fundacional y expansiva hacia a una nueva etapa de consolidación. Uno de esos
cambios ha sido su nueva denominación: Techo. Este cambio se produce luego de
un diagnóstico a nivel latinoamericano donde el objetivo principal sigue siendo
la erradicación de la pobreza.
Hay dos claves principales a la hora
de delimitar la estrategia de trabajo en las que se basa la Ong. En primer
lugar, se sitúa la estrategia territorial del voluntariado, que siempre ha sido
uno de los pilares de Techo, como valor simbólico y como generación de
participación ciudadana. En segundo lugar, situamos a la estrategia de
generación de capital social, como mecanismo efectivo para batallar contra el
flagelo del déficit habitacional y de la pobreza estructural.
Si se
habla de cambios quiere decir que ha habido cuestiones puntuales que han sido
erróneas a la hora de efectivizar realmente una acción social y los designios
de la Ong en cuestión. Sin embargo, cabe preguntar: ¿Realmente han existido
cambios en la praxis de la Ong, ya sea a la hora de delinear nuevos enclaves y
visiones en las estrategias de trabajo, o sólo ha sido una aparente estrategia
de marketing basadas en un cambio institucional de imagen y logotipo?
5.1 El voluntariado
Vamos
a la primera estrategia de trabajo: el voluntariado. A pesar del bajo nivel de
confianza tanto en las instituciones sociales, especialmente en las políticas y
gubernamentales, Techo ha logrado alcanzar la gran cifra de 10.000 voluntarios
para 2013 en Argentina. El
voluntariado se basa en una convicción personal para realizarlo. Es decir; su
propia definición nos remite a la existencia de incentivos individuales para
llevar adelante acciones voluntarias. De los aproximadamente 10.000 voluntarios que
ha tenido Techo en 2013, en su mayoría son jóvenes universitarios que
incursionan por primera vez en su vida en la cuestión social de la solidaridad
y de la lucha para erradicar la pobreza. Se trata del engranaje que intermedia
entre los recursos de la Ong y su accionar empírico. El voluntario dentro de
TECHO construye viviendas de emergencia, coordina con los profesionales que
supervisan los proyectos de vivienda e implementan los programas de
habilitación social, lleva adelante las mesas de trabajo que producen un
encuentro y una instancia de conversación entre todos los actores involucrados
en un proyecto de vivienda.
Esto se enlaza a la efervescencia de
la participación juvenil post crisis del 2001, para ser parte de la
reconstrucción de ciudadanía política y solidaridad emergente. La participación
juvenil procura cambiar el presente con autonomía e identidad para derivar de
allí el cambio social. Más que apoyarse en ideologías y partidos, las
juventudes se manifiestan con expresiones éticas, estéticas y el uso del
espacio público.
Se podría establecer una tipología
de voluntarios de Techo: a. Voluntario Permanente: Es aquel que trasciende más
allá en el tiempo en la organización. b. Voluntario esporádico: Participa en
ocasiones puntales como una construcción o etapa de recaudación de fondos. C.
Voluntario no permanente: Se caracteriza por tener un vínculo de corto tiempo
con la organización.
Uno de los beneficios que aporta el
voluntariado en su accionar, es la configuración de una comunidad aparente con
distintos roles y disposiciones, con la finalidad de mejorar la organización y
la consecución de los fines. También dependiendo el grado de involucramiento,
los voluntarios pueden acceder a ciertos beneficios de conocimientos y de
accionar dentro de la organización. Otra ventaja visible es el contacto directo
con la cuestión social y la vida real de las personas en situación de pobreza
estructural en los lugares que acciona la organización. La última ventaja
perceptible es la participación de los voluntarios con los demás actores
participantes a la hora de congeniar estrategias, lazos y redes sociales.
En
cuanto a los aspectos negativos, sin dudas está la cuestión clasista que
enmarca a los voluntarios de Techo. En su mayoría son jóvenes que provienen de clase media o alta y
emparentados con universidades o secundarios privados. Tampoco es casual esto,
dado los lugares en dónde realizan campaña de "reclutamiento" o
recolección de colectas. Otra cuestión que empaña el accionar de Techo es el
constante recambio de voluntarios. Es decir; la Ong consta de un porcentaje que
supera el 50% de voluntarios no permanentes, que rotan año tras año, impidiendo
la formación de una red y estrategia de trabajo firme, solidaria y
constitutiva. La última cuestión negativa que intercede es la ideológica. La
Ong desde su fundación ha estado bajando lineamientos alejados a la acción
estatal, siempre ha defendido su independencia y sus vínculos con las
corporaciones que la sostienen y ha persistido en ponderar que la solidaridad y
el cambio social se da a partir del involucramiento en los lugares de
exclusión, digitando en forma encriptada un asistencialismo aparente.
5.2 Formación de capital social
La
segunda estrategia de trabajo clave que emplea Techo, se trata de la formación
de Capital social. En primer lugar, el concepto de Capital social implica
la cesión voluntaria de parte del control que los individuos o grupos tienen
sobre los recursos, como una decisión racional realizada en la expectativa de
que el retorno de esta inversión superará su costo
implica la cesión voluntaria de parte del control que los individuos o grupos
tienen sobre los recursos, como una decisión racional realizada en la
expectativa de que el retorno de esta inversión superará su costo. Es decir; El término refiere a las normas, confianza,
ayuda recíproca y a la cooperación. Se
habla del capital social en el sentido que es un recurso, que en combinación
con otros factores, permite lograr beneficios para los que lo poseen. Por otro
lado, esta forma específica de capital reside en las relaciones sociales.
Trasladando
la teoría a la praxis, a la hora de efectivizar y concluir una vivienda
definitiva, Techo propone un modelo de financiamiento solidario a través de
fondeos sustentado por entidades privadas mayoritariamente, que se complementa
con un fuerte trabajo paralelo con el capital social en los sitios que
intercede la ONG. Pero para ello hay tres factores claves que se desprenden del
capital social y que traen consigo
beneficios y limitaciones en la organización. Estos factores son: a.
asociatividad. b. redes sociales y c.credibilidad.
En cuanto a la asociatividad tiene que ver con la construcción del
"nosotros" donde nadie esté en condiciones de obligar a otro, ni de
ser obligado por otro. La asociatividad
permite que las personas tiendan a
expresar sus sentimientos, deseos y temores, sirviendo como base para el fortalecimiento
de la sociabilidad, que es condición necesaria para generar vínculos
asociativos. La limitación de esta cuestión es la plena configuración y permanencia
relacional a la hora de generar las
condiciones para confluir entre pares. Las redes sociales son conjuntos de
relaciones sociales o interpersonales que ligan individuos u organizaciones en
grupos. El elemento más relevante de las redes sociales son las relaciones
mismas y los intercambios producidos dentro de ella. Es fundamental que se generen
intercambios recíprocos (entre individuos con recursos y carencias
similares dados en un contexto de sociabilidad y confianza). Lo limitante y que
ha traído aparejado problemáticas en el pasado en Techo es la conformación de
intercambios de tipo redistributivo (patrón-cliente) donde se confunde jerarquías, recursos desiguales
y transformándose en las clásicas relaciones de poder. Por último, La confianza
es un componente esencial del capital social, ya que cuanto mayor es el grado
de confianza dentro de una comunidad, mayor la probabilidad de cooperación. Y
la cooperación, a su vez, refuerza la confianza. Es aquí donde surge la idea de credibilidad
institucional, que tiene que ver con las expectativas que surjan de las
experiencias como de la información disponible. El
problema surge cuando no se respeta el estricto apego a las normas o que los
actores vinculados a ellas no respetan sus decisiones.
En resumen, Techo ha modificado y
redefinido su imagen y sus estrategias de acción a nivel organizacional. El
empleo de estrategias de voluntariado y formación de capital social contienen
la esencia del cambio de paradigma de la ONG. Sin embargo, hay cuestiones a
resolver y que se intentan camuflar bajo el sol de la propaganda o del rol
mediático de la organización. Es decir: La cuestión ideológica, clasista o la
problemática del recambio permanente, para constituir una red firme de
efectivización de estrategias de trabajo firme, solidaria y constitutiva, los lineamientos alejados a la acción estatal y sus
vínculos con las corporaciones que la sostienen, o ponderar al concepto de
solidaridad y cambio social bajo rótulos asistencialistas.
De modo que si se pretende un
desarrollo comunitario, en pos de erradicar la pobreza, las estrategias de
trabajo no deben descuidar cuestiones valorativas, ideológicas y de promoción
social. El énfasis en la masificación de un voluntariado crítico, participativo
y solidario es una respuesta eficaz para salir de los errores del pasado, como
también la formación de Capital social en contextos de exclusión social. que
tengan como base a las relaciones sociales sostenidas por sentimientos de
solidaridad, entre los grupos de personas y no la reproducción de condiciones
que rompan este círculo y lazo colectivo.
6.
Conclusión
Techo: ¿Ha sido una herramienta de transformación para
modificar los estándares de exclusión y marginalidad social? o ¿ha sido el
objeto de acción del ideario neoliberal de la década del 90?
Techo
surgió bajo la impronta de la década del 90 y bajo el cúmulo de un contexto
donde el rol del Estado era visto como carente de soluciones a las demandas
ciudadanas. Es decir, se introdujo a la aplicación de la llamada
neobeneficencia,
"una práctica que retoma elementos de la beneficencia
tradicional como la ayuda inmediata, la asistencia
directa, el rechazo a la política y al conflicto social, y en ocasiones la
pertenencia de clase, y los fusiona con elementos nuevos como las alianzas
con el mundo empresario y una nueva ocupación del espacio público".
Techo
ha sido un producto más de los tantos que han emergido durante la época
neoliberal, cuyo desarrollo estuvo estrechamente relacionado con el escenario y
el orden mundial imperante. Donde su perfil, objetivo y misión estuvo
determinada bajo la óptica apadrinada de las grandes multinacionales, la
iglesia católica y hasta del financiamiento del Banco Mundial. Todo este entramado no fue ingenuo, tenía
como destinatario al cambio de paradigma cultural con la recreación de voluntarios
honestos y eficientes, derrocar la idea de un Estado eficiente, fuerte y
benefactor, recrear un hábitat de libertad liberal a la hora de participar en
la cuestión social y poner en foco la disputa territorial entre privatistas y
estatistas por la política de viviendas.
Está lucha
ideológica indirecta que se percibe y que se entrecruza con la cuestión social,
no es una mera ironía de la época, es una línea que se mantiene hace largo
tiempo ya. La impronta de un nuevo renacer del Estado en América Latina y el
aggionarmiento de las OSC como actores de renombre, plantea otro escenario para
estas discursivas que impera con la globalización y baja a través de sus brazos
instituidos en los organismos multilaterales, las grandes corporaciones y la
conexión religiosa. También la resignificación de la sociedad civil marcha
hacía otros estándares de interacción social en los tiempos que vivimos pero
eso no quiere decir que hayamos dejado atrás o que no existan más atisbos de
reflujo neoliberal.
Techo no
deja de ser un actor menor en los desafíos que tiene el Estado en su
interrelación con la sociedad civil. Por ello, es fundamental reflexionar lo
que ha ocurrido en las últimas dos décadas en Argentina y tratar de comprender
que no ha sido una herramienta de transformación para modificar los estándares
de exclusión y marginalidad social, sino que se ha mostrado como una
herramienta fundamental del ideario neoliberal que se mantiene hasta estos
días.
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