viernes, 23 de octubre de 2015

Los autoritarios del voto

Los autoritarios del voto
Por: Santiago Parodi
Soy parte de los millones que vamos a ser minoría en estas elecciones nacionales. Minorías del corazón, coherentes con nuestras ideas y con nuestras formas de contemplar el mundo. No perseguimos el odio al adversario de turno, ni pretendemos conocer el fragor de la victoria al costo que sea. Pretendemos ser portadores de una construcción colectiva, de un sueño que nos encuentre para forjar un destino común, muy alejado de lo que nos quieren imponer los portadores del autoritarismo del voto. De quiénes estamos hablando? De aquellos que desean y anhelan reflejar su posición a toda costa en las personas que no tenemos la misma percepción de su realidad.
Son aquellos que nos quieren imponer su verdad, de la forma que creas (hasta en improntas oscuras). Son de esos individuos que a la primera de cambio, te señalan y te nombran como traidor a una causa. La causa de un supuesto cambio adoptado por su realidad y por su esencia fantasmal autoritaria.
No hay remedios ni aceptan argumentos, están alienados en su ceguera electoral. En su chiquitaje de antinomias, del anti o del pro K, de la grieta absurda. No quieren ser parte de debates ni intercambios de ideas, porque solo escuchan la pretensión de su yo interior proyectado en un desorden desideologizado.
No evocan la más mínima oportunidad de reflexión, sus mentes están en un limbo de rencor y revanchismo, quieren ser los dueños de tu yo, de tu decisión y de tu vida. Apuestan a un cambio, pero replican tendencias autoritarias y disciplinantes, propias de un pasado de nuestra historia reciente e Imprimen el miedo apocalíptico, del cuál sino estás con ellos, se desviven a cada instante para que le pertenezcas y poder ser los propietarios de tu deseo.
Finalmente y para cerrar, me enseñaron a no traicionarme y ser coherente con mis valores, creo en la tradición de las ideas, del verbo ético y de la integridad, para desenvolvernos en comunidad. Es por eso que este domingo voy a elegir siguiendo a mi corazón y a mis convicciones, no hay que permitir que nos amedrenten. La palabra está hecha para que la dejemos libre y que sea -tan fuerte, y tan potente- para quebrar a los autoritarios que quieran disciplinarla.
Libertad frente al dogma autoritario y decisión de ser.

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