- INTRODUCCIÓN
“Control es el nombre que
Burroughs propone para designar al nuevo monstruo, y que Foucault reconocía
como nuestro futuro próximo.”.
No se trata de temer o de esperar, sino de buscar alternativas, analizar el proceso
histórico de control social y redefinir conceptos que aplica el paradigma de
poder.
La Vigilancia en relación al poder se circunscribe al monitoreo del
comportamiento individual o general para la consecución de resultados y
respuestas esperados y analizados.
Hace unos años
atrás el ser humano no tenía ningún vestigio de estar contemplando una
revolución y cambios estructurales en la vida diaria. Se estaba gestando el
fenómeno de la tecnología como compañero visible e invisible de la nueva etapa
societal del hombre.
Esta
nueva conformación humana estuvo, está y estará atravesada por distintos
poderes y saberes a lo largo del sinuoso recorrido del sujeto. Es por ello que
haré un recorrido a lo largo de las distintas etapas en las que el poder, el
control y la vigilancia se tornan cada vez más fuertes y evolucionados. También
abordaré lo que pasa en la actualidad en relación a la operatividad de la web 2.0
y su accionar en la vida diaria humana. Para culminar en las reflexiones
finales en torno al devenir de la temática en cuestión.
I. SOCIEDAD DISCIPLINARIA. Los primeros avistamientos del poder sobre el
cuerpo y el alma de la vida humana.
Para poder conocer las nuevas dimensiones
del poder, hay que retrotraerse en el tiempo para dar cuenta de lo que Michel
Foucault llamó la sociedad disciplinaria. Esta sociedad se forjó a través de
una red de dispositivos o aparatos que regulaban hábitos, costumbres y formas
de interacciones sociales. Su rodaje y evolución estuvo dada por intermedio de
las llamadas instituciones disciplinarias (el hospital, la escuela, la fábrica,
etc) que dimensionaron y adecuaron la disciplina sistemática. La estructuración
del poder se efectivizó en forma concreta en los cuerpos de los individuos
direccionándolo en cada caso individual. Esta modalidad será reformulada cuando
pasemos a la sociedad de control.
El poder disciplinario
moldea la forma de accionar, de dirigirse, de moverse en el entramado social.
Impactando en forma directa a la conformación de individuos pasivos que
responden a lo aprehendido por los dispositivos de poder licuando todo estimulo
de rebeldía ante una situación que ponga en riesgo su libertad y trascendencia.
Bajo la lógica del empleo de la sanción normalizadora, premios y resultados
prácticos de la constitución de la conducta humana.
El hombre de las
sociedades disciplinarias era un productor discontinuo de energía, pero el
hombre de las sociedades de control era más bien ondulatorio, en órbita sobre
un haz continuo.
Para situar en tiempo y
espacio donde se desarrolló este tipo de sociedad, Foucault cita al Ancient
Régime y la era clásica de la civilización francesa para ilustrar la emergencia
de la disciplinariedad, pero en general podemos decir que toda la primera fase de acumulación capitalista
(en Europa y en cualquier otro lado) fue conducida bajo este paradigma del
poder.
Este tipo de sociedad
está dentro del camino evolutivo del capitalismo. Es una mutación que se
diferencia entre las distintas etapas que va iniciando. Aquí el capitalismo
inmerso en la sociedad disciplinaria es de concentración, para la producción, y
de propiedad. En tanto el capitalismo presente en la sociedad de control es de
superproducción. Se
basa en un sistema encolumnado en base a los servicios. No es un capitalismo
signado para la producción sino para el producto, es decir para la venta y para
el mercado.
II. Sociedad de control. El pasaje a un poder invisible y socialmente
orgánico.
La sociedad de control se traduce en la evolución
e incremento de los aparatos
institucionales de poder o ideológicos en clave althusseriana. En este tipo de
sociedad el control se proyecta de distinta manera en relación a la sociedad
disciplinaria. Se extiende por fuera de los sitios en donde se estructuran las
instituciones sociales, por medio de redes flexibles y fluctuantes.
Es el pasaje y la expansión del poder que tiene como objetivo las
poblaciones, donde se redefine la conceptualización del poder y en la cual las
tecnologías reconocen a la sociedad como el ámbito del biopoder.
“El biopoder es una forma de poder
que regula la vida social de su interior, siguiéndola, interpretándola,
absorbiéndola y rearticulandola. El poder puede lograr un comando efectivo
sobre la vida de la población sólo cuando se torna una función integral, vital,
que cada individuo incorpora y reactiva con su acuerdo”.
El biopoder se integra y se infiltra en la vida humana con la mirada puesta en
la coordinación y administración de lo que hagan, y sientan los hombres. Es un
poder real e invisible que se traduce en la cuestión biología, en las formas de
producción y reproducción de la vida humana.
El resquebrajamiento de las
instituciones, la sumisión de la sociedad civil y la declinación de la sociedad
disciplinaria implica el surgimiento de las redes de la sociedad de control.
Es en la sociedad de control donde se eleva
un nivel más el proceso de vigilancia y observación a diferencia de la sociedad
disciplinaria que en forma parcial dispone de las herramientas evolutivas a la
hora de controlar la producción de relaciones sociales y la vida diaria del
sujeto.
El control que se instaura en este tipo de
sociedad es a corto plazo, continuo e ilimitado con un aliado incondicional el
marketing como fenómeno de alienación. En tanto en las sociedades
disciplinarias se daba un control infinito, discontinuo y de larga duración.
Los mecanismos de control también han mutado y se ha perfeccionado el accionar.
Por ejemplo, en el sistema carcelario la implementación de los “collares
electrónicos” cómo método de control más eficiente y digitalizado. También el
caso de las escuelas, donde se aceleró el proceso de privatización o generación
de escuelas-empresas y la continuación de la evaluación como forma de
determinar la categoría del alumno.
Finalmente, el pasaje hacia la sociedad de control no significa el fin
del a disciplina. Lo que ha cambiado es que, junto con el colapso de las
instituciones, los dispositivos disciplinarios se han vuelto menos limitados en
el entramado social. Por ejemplo la disciplina que forja en las cárceles,
escuelas, milicia, fábrica, entre otras instituciones se entrelazan en una
producción híbrida de subjetividad.
III. Sociedad
Informacional. El control investido como el dueño absoluto de los datos
originarios del ser.
A
partir de la década del 90´con el surgimiento de adelantos tecnológicos
revolucionarios como el celular e internet y la explosión de los medios masivos
de comunicación dieron el paso al comienzo de la sociedad informacional. Si
bien internet es un fenómeno que se inicia a fines de la segunda guerra mundial
es en esta década que se expande y llega a los hogares del mundo entero.
La Tendencia y
la discursiva en la cual se construyó esta nueva era societal se enmarcó en la
circulación sin obstáculos de la información en donde esa garantía era una
evidencia empírica de una nueva sociedad transparente, descentralizada y
alejada de toda restricción informativa.
La información en interrelación
directa con maquinas revolucionarias inteligentes significaban el nuevo punto
de encuentro para plasmar “la segunda revolución industrial”. La pregunta que
surge es la siguiente: ¿El relato que se
intentó llevar a cabo resultó como se “pronosticaba” o su ideario se dirigió
para otro lugar?
La respuesta está dada en la lógica
de construcción que permeó las dos décadas de este formato informacional que
recubre a las sociedades. Lo empírico nos ha revelado y nos sigue revelando que
el principio y actualidad de este tipo de sociedad está viciado de lugares
comunes de las otras facetas del capitalismo. Sigue persistiendo la
concentración de los medios de comunicación, la exclusión social como fenómeno
de regulación capitalista, la dependencia ininterrumpida y onírica del mercado,
entre otras cuestiones.
¿Qué significa la sociedad de
información? Es un entramado ideológico junto con la
participación pasiva de los actores sociales que residen en ella donde el objetivo de esta
nueva lógica del capitalismo es la de acelerar el proceso de control y
vigilancia y seguir permeando la reproducción humana bajo las lógicas
inherentes al sistema. El poder a
grandes rasgos opera bajo dos líneas férreas. Una de ellas es el control
visible o transparente en donde las personas acceden y son permeables las 24
horas del día, cualquiera que sea su localización en el mundo. Estas tecnologías de poder que operan en
clave de control y vigilancia son aquellos diversos dispositivos que se
adhieren al cuerpo humano (Celulares, mp3,
etc.) para transformarse en censores y brújulas en la vida diaria del
ser humano. Aquí podemos citar a Gilles
Deleuze para extender esta idea al sentido de “collar electrónico”.
Donde las personas están en acceso directo las 24 horas con estas tecnologías
de poder con sus distintos modismos y
formas de ejecución.
Es visible más allá de su visibilidad,
la clave está signada en la operatividad de esa forma de mostrarse. Esto se da a partir de la aparente
transparencia de datos y formas de captar a los individuos por parte de las
empresas tecnológicas donde bajo la retórica del feedback usuario-empresa la
legitimidad está instaurada. El poder invisible va a operar en consonancia a la
sujeción de los datos de las personas. Este poder también se puede denominar
poder líquido. Es un
entramado de dispositivos de poderes ideológicos como las redes sociales, las
tarjetas de créditos, la digitalización de las firmas y huellas digitales,
etc. Este brazo logístico reduce los
grados de libertad y de independencia
del hombre, sin embargo este último no ha enterado. Uno de los métodos más
conocidos tiene que ver con la idea absoluta de ser parte del sistema o de
contrario no se es digno de ser portador de la ciudadanía. El poder ataca la
conceptualización de ciudadanía reduciéndola a la dependencia exclusiva de los
distintos controles que atraviesan al hombre. Un ejemplo contundente y que
irrumpe no solo a la ciudadanía nacional sino a la mundial son las leyes que
surgieron post caída de las torres gemelas de Nueva York. El caso paradigmático
fue la ley antiterrorista que fue aprobada en la gran cantidad de países a lo
largo del planeta.
Ahora el marco
evolutivo y paradigmático del biopoder queda concluido a partir de la interconexión entre tecnologías de poder
avanzadas y globales. Podemos decir que estamos subsumidos bajo la órbita de un
control que no solo atraviesa poblaciones sino que a partir de la globalización
fijada ese control ya puede disponer de dispositivos que fusionen y articulen
poderes más firmes para moldear la vida del ser humano.
IV PODER, CONTROL Y VIGILANCIA EN EL PRESENTE. Alienación, código, mercantilización de
los usuarios y apropiación originaria del saber.
La revolución de la web 2.0 junto a sus mecanismos de uso y distribución
de recursos, es uno de los pilares fundamentales de la nueva era tecnológica
moderna inmersa en el estadío de las sociedades informacionales. Este fenómeno
genera una doble contradicción. Por un lado abre la posibilidad de impulsar una
democratización de los medios de comunicación, a través de la participación
ciudadana en la faceta “creativa” a partir de blogs personales, documentos en
las redes sociales o el surgimiento de medios de comunicación exclusivos de
internet. Sin embargo esa “apertura” también es un camuflaje para el
reacomodamiento de poder por parte del capitalismo, como si fuera un gran
organismo que se va reformulando en forma constante. La intención de la
revolución 2.0 era generar una nueva etapa de desarrollo on-line, luego de la
gran decepción de las compañías puntocom: mientras la primera generación de
empresas de Internet deseaba vender cosas, la 2.0 tomaría otro camino más
sutil. La
discursiva de la 2.0 se ubica en la “confianza” en los usuarios como
sujetos independientes y generadores de
desarrollo productivo. Bajo la lógica encubierta de hacer creer a la gente el
compartir información, ideas y problemáticas es allí donde el poder se hace
presente. Este poder líquido en clave de
Bauman se introduce en forma inconsciente y despliega todo su armazón e
influencia en la configuración de los cuerpos y subjetividades. Está articulación silenciosa tiene como
finalidad de llevar a cabo la acumulación originaria del saber. Esto es la
apropiación de los productos elaborados de las personas sin ser conscientes de
lo ocurrido y el enriquecimiento de unos
pocos sobre la mayoría.
Siguiendo la línea de
Petersen, se puede hablar de la existencia de una mercantilización de los
usuarios. Es decir, como el sistema se ha presente bajo la forma de utilización
de la “fuerza de trabajadora creativa” de los usuarios y cuyo beneficio va a
parar a las arcas de los capitalistas. Es a través de una gran arquitectura de
participación donde las compañías pueden sacar provecho del contenido que surge
por intermedio de los usuarios archivándolo y creando interfaces o usando otras
estrategias como el programa AdSense de Google. Cómo también el diseño de
plataformas para el contenido generado por usuarios, como MySpace, Facebook,
Youtube, etc.
La alienación también se
hace presente en este juego de saberes, vigilancia y poder. Esto se puede notar
en el crecimiento año tras año de computadoras en el hogar, la expansión de
Internet y en la sujeción del empleado a las maquinas en gran cantidad de
trabajos. La sumisión de brindar datos personales sin tapujos como variable
novedosa que contrasta los inicios del mundo virtual informacional. Hay un
antes y un después donde se hace visible el mensaje 2.0 de “libertad,
creatividad y expansión democrática” donde por ejemplo las redes sociales han
sido una herramienta eficaz para sustraer el miedo de mostrar el verdadero “yo”
de la gente y eliminar el ocultamiento en seudónimos o personajes inertes.
En resumen, lo que está en disputa es el código. Si a
mediados del siglo 19 la principal amenaza a la libertad fueron las normas, a
comienzos del siglo 20 el poder estatal junto al mercado y en el siglo 21 lo
que debe considerar nuestra preocupación es el código. Este último comprende
una serie de capas en donde se pone en juego el enfrentamiento por la libertad
o el control. Hay una capa física que referencia a la propiedad sobre los
cables y licencias inalámbricas vitales para la comunicación; una capa lógica
para los protocolos y software y la última capa responde a los contenidos (Por
ejemplo las redes sociales).
Esta revelación que tiene el poder en asociación con la propiedad intelectual
(patente, copyright y marca registrada) le otorga la vara regulativa para
disponer y someter a quién quiera hacerle frente en esta lucha desigual entre
“amos y siervos” de la producciones que se forjen.
Nos queda por reflejar un espacio reflexivo para
aventurar el devenir del poder, las relaciones sociales que lo cruzan y la
sociedad informacional.
Es evidente que no hay una
máquina del tiempo que nos brinde la precisión y el detalle de lo que pueda
pasar en el futuro, pero si se puede racionalizar una serie de planteos y
preguntas que nos haga deliberar acerca
de la temática planteada anteriormente.
¿En qué consistirá y cómo se plasmará la nueva sociedad que se constituya post caída de la sociedad informacional? ¿El
poder seguirá “licuándose” para romper cualquier barrera que lo limite o en que
mutará? ¿Qué alternativas tendrán los sujetos para poder disponer de
estrategias que impidan que socaven sus libertades y derechos individuales?
¿Cómo será el accionar de los dispositivos ideológicos de poder y en qué medida
se diferenciarán con los actuales? ¿El humano podrá luchar contra la
alienación, la apropiación originaria del saber, la mercantilización de sus
productos y la sustracción de sus datos personales?
Muchas preguntas cuyas respuestas se completarán con el
correr de los días, meses y años venideros y serán motivos cabales de análisis
para seguir profundizando al poder y sus consecuencias.
Las catacumbas del control social siguen operando, pero a diferencia de otras épocas posee una
especialización y un desarrollo notable que será difícil de frenar y recrear
una contrahegemonía que irrumpa como alternativa para desactivar este entramado
de larga data. Será cuestión de tiempo y
de esperanza para visibilizar una reacción de dimensiones.
-
Bauman, Zygmunt;”Modernidad
Liquida”. Fondo de Cultura Económica, 2002.
-
Deleuze, Gilles;”Posdata sobre las sociedades de control”,
en Christian Ferrer (comp.) El lenguaje libertario, VOL II, Montevideo,
Nordan, 1991
-
Gruffat,
Carolina y Schimkus, Roberto; La arquitectura es la política de la red. Facebook
y sus rivales. En Piscitelli, Adaime y Binder, El proyecto Facebook y la posuniversidad, 2010.
-
Hardt, M., y Negri, A., Imperio, Buenos Aires, Paidós
-
Petersen, Søren Mørk;” Loser Generated Content: From Participation to
Exploitation”. First Monday, Volume 13, Number 3 - 3 March 2008.
- Sibilia, Paula; “La intimidad como espectáculo”.
Buenos Aires, FCE.
Deleuze, Gilles;”Posdata sobre las sociedades de
control”, en Christian Ferrer (comp.) El
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