martes, 9 de julio de 2013

Poder, control y vigilancia tras las catacumbas de la virtualidad


  1.     INTRODUCCIÓN

 “Control es el nombre que Burroughs propone para designar al nuevo monstruo, y que Foucault reconocía como nuestro futuro próximo.”[1]. No se trata de temer o de esperar, sino de buscar alternativas, analizar el proceso histórico de control social y redefinir conceptos que aplica el paradigma de poder.
La Vigilancia en relación al poder se circunscribe al monitoreo del comportamiento individual o general para la consecución de resultados y respuestas esperados y analizados.
Hace unos años atrás el ser humano no tenía ningún vestigio de estar contemplando una revolución y cambios estructurales en la vida diaria. Se estaba gestando el fenómeno de la tecnología como compañero visible e invisible de la nueva etapa societal del hombre.
Esta nueva conformación humana estuvo, está y estará atravesada por distintos poderes y saberes a lo largo del sinuoso recorrido del sujeto. Es por ello que haré un recorrido a lo largo de las distintas etapas en las que el poder, el control y la vigilancia se tornan cada vez más fuertes y evolucionados. También abordaré lo que pasa en la actualidad en relación a la operatividad de la web 2.0 y su accionar en la vida diaria humana. Para culminar en las reflexiones finales en torno al devenir de la temática en cuestión.



I. SOCIEDAD DISCIPLINARIA. Los primeros avistamientos del poder sobre el cuerpo y el alma de la vida humana.

                                     
             Para poder conocer las nuevas dimensiones del poder, hay que retrotraerse en el tiempo para dar cuenta de lo que Michel Foucault llamó la sociedad disciplinaria. Esta sociedad se forjó a través de una red de dispositivos o aparatos que regulaban hábitos, costumbres y formas de interacciones sociales. Su rodaje y evolución estuvo dada por intermedio de las llamadas instituciones disciplinarias (el hospital, la escuela, la fábrica, etc) que dimensionaron y adecuaron la disciplina sistemática. La estructuración del poder se efectivizó en forma concreta en los cuerpos de los individuos direccionándolo en cada caso individual. Esta modalidad será reformulada cuando pasemos a la sociedad de control.
El poder disciplinario moldea la forma de accionar, de dirigirse, de moverse en el entramado social. Impactando en forma directa a la conformación de individuos pasivos que responden a lo aprehendido por los dispositivos de poder licuando todo estimulo de rebeldía ante una situación que ponga en riesgo su libertad y trascendencia. Bajo la lógica del empleo de la sanción normalizadora, premios y resultados prácticos de la constitución de la conducta humana.
El hombre de las sociedades disciplinarias era un productor discontinuo de energía, pero el hombre de las sociedades de control era más bien ondulatorio, en órbita sobre un haz continuo.[2]
Para situar en tiempo y espacio donde se desarrolló este tipo de sociedad, Foucault cita al Ancient Régime y la era clásica de la civilización francesa para ilustrar la emergencia de la disciplinariedad, pero en general podemos decir que toda  la primera fase de acumulación capitalista (en Europa y en cualquier otro lado) fue conducida bajo este paradigma del poder.[3]
Este tipo de sociedad está dentro del camino evolutivo del capitalismo. Es una mutación que se diferencia entre las distintas etapas que va iniciando. Aquí el capitalismo inmerso en la sociedad disciplinaria es de concentración, para la producción, y de propiedad. En tanto el capitalismo presente en la sociedad de control es de superproducción.[4] Se basa en un sistema encolumnado en base a los servicios. No es un capitalismo signado para la producción sino para el producto, es decir para la venta y para el mercado.



II. Sociedad de control. El pasaje a un poder invisible y socialmente orgánico.


                     La sociedad de control se traduce en la evolución e  incremento de los aparatos institucionales de poder o ideológicos en clave althusseriana. En este tipo de sociedad el control se proyecta de distinta manera en relación a la sociedad disciplinaria. Se extiende por fuera de los sitios en donde se estructuran las instituciones sociales, por medio de redes flexibles y fluctuantes.
                Es el pasaje y la expansión del poder que tiene como objetivo las poblaciones, donde se redefine la conceptualización del poder y en la cual las tecnologías reconocen a la sociedad como el ámbito del biopoder.
               “El biopoder es una forma de poder que regula la vida social de su interior, siguiéndola, interpretándola, absorbiéndola y rearticulandola. El poder puede lograr un comando efectivo sobre la vida de la población sólo cuando se torna una función integral, vital, que cada individuo incorpora y reactiva con su acuerdo”.[5] El biopoder se integra y se infiltra en la vida humana con la mirada puesta en la coordinación y administración de lo que hagan, y sientan los hombres. Es un poder real e invisible que se traduce en la cuestión biología, en las formas de producción y reproducción de la vida humana.
               El resquebrajamiento de las instituciones, la sumisión de la sociedad civil y la declinación de la sociedad disciplinaria implica el surgimiento de las redes de la sociedad de control.
  Es en la sociedad de control donde se eleva un nivel más el proceso de vigilancia y observación a diferencia de la sociedad disciplinaria que en forma parcial dispone de las herramientas evolutivas a la hora de controlar la producción de relaciones sociales y la vida diaria del sujeto.
   El control que se instaura en este tipo de sociedad es a corto plazo, continuo e ilimitado con un aliado incondicional el marketing como fenómeno de alienación. En tanto en las sociedades disciplinarias se daba un control infinito, discontinuo y de larga duración.
              Los mecanismos de control también han mutado y se ha perfeccionado el accionar. Por ejemplo, en el sistema carcelario la implementación de los “collares electrónicos” cómo método de control más eficiente y digitalizado. También el caso de las escuelas, donde se aceleró el proceso de privatización o generación de escuelas-empresas y la continuación de la evaluación como forma de determinar la categoría del alumno.    
             Finalmente, el pasaje hacia la sociedad de control no significa el fin del a disciplina. Lo que ha cambiado es que, junto con el colapso de las instituciones, los dispositivos disciplinarios se han vuelto menos limitados en el entramado social. Por ejemplo la disciplina que forja en las cárceles, escuelas, milicia, fábrica, entre otras instituciones se entrelazan en una producción híbrida de subjetividad.[6]
             



III. Sociedad Informacional. El control investido como el dueño absoluto de los datos originarios del ser.

                           
          A partir de la década del 90´con el surgimiento de adelantos tecnológicos revolucionarios como el celular e internet y la explosión de los medios masivos de comunicación dieron el paso al comienzo de la sociedad informacional. Si bien internet es un fenómeno que se inicia a fines de la segunda guerra mundial es en esta década que se expande y llega a los hogares del mundo entero.
           La Tendencia y la discursiva en la cual se construyó esta nueva era societal se enmarcó en la circulación sin obstáculos de la información en donde esa garantía era una evidencia empírica de una nueva sociedad transparente, descentralizada y alejada de toda restricción informativa.
           La información en interrelación directa con maquinas revolucionarias inteligentes significaban el nuevo punto de encuentro para plasmar “la segunda revolución industrial”. La pregunta que surge es la siguiente: ¿El relato que se intentó llevar a cabo resultó como se “pronosticaba” o su ideario se dirigió para otro lugar?
          La respuesta está dada en la lógica de construcción que permeó las dos décadas de este formato informacional que recubre a las sociedades. Lo empírico nos ha revelado y nos sigue revelando que el principio y actualidad de este tipo de sociedad está viciado de lugares comunes de las otras facetas del capitalismo. Sigue persistiendo la concentración de los medios de comunicación, la exclusión social como fenómeno de regulación capitalista, la dependencia ininterrumpida y onírica del mercado, entre otras cuestiones.
        ¿Qué significa la sociedad de información? Es un entramado ideológico junto con la participación pasiva de los actores sociales que  residen en ella donde el objetivo de esta nueva lógica del capitalismo es la de acelerar el proceso de control y vigilancia y seguir permeando la reproducción humana bajo las lógicas inherentes al sistema.  El poder a grandes rasgos opera bajo dos líneas férreas. Una de ellas es el control visible o transparente en donde las personas acceden y son permeables las 24 horas del día, cualquiera que sea su localización en el mundo.  Estas tecnologías de poder que operan en clave de control y vigilancia son aquellos diversos dispositivos que se adhieren al cuerpo humano (Celulares, mp3,  etc.) para transformarse en censores y brújulas en la vida diaria del ser humano.  Aquí podemos citar a Gilles Deleuze para extender esta idea al sentido de “collar electrónico”[7]. Donde las personas están en acceso directo las 24 horas con estas tecnologías de poder  con sus distintos modismos y formas de ejecución.
         Es visible más allá de su visibilidad, la clave está signada en la operatividad de esa forma de mostrarse.  Esto se da a partir de la aparente transparencia de datos y formas de captar a los individuos por parte de las empresas tecnológicas donde bajo la retórica del feedback usuario-empresa la legitimidad está instaurada. El poder invisible va a operar en consonancia a la sujeción de los datos de las personas. Este poder también se puede denominar poder líquido.[8] Es un entramado de dispositivos de poderes ideológicos como las redes sociales, las tarjetas de créditos, la digitalización de las firmas y huellas digitales, etc.  Este brazo logístico reduce los grados de libertad  y de independencia del hombre, sin embargo este último no ha enterado. Uno de los métodos más conocidos tiene que ver con la idea absoluta de ser parte del sistema o de contrario no se es digno de ser portador de la ciudadanía. El poder ataca la conceptualización de ciudadanía reduciéndola a la dependencia exclusiva de los distintos controles que atraviesan al hombre. Un ejemplo contundente y que irrumpe no solo a la ciudadanía nacional sino a la mundial son las leyes que surgieron post caída de las torres gemelas de Nueva York. El caso paradigmático fue la ley antiterrorista que fue aprobada en la gran cantidad de países a lo largo del planeta.
         Ahora el marco evolutivo y paradigmático del biopoder queda concluido a partir de la  interconexión entre tecnologías de poder avanzadas y globales. Podemos decir que estamos subsumidos bajo la órbita de un control que no solo atraviesa poblaciones sino que a partir de la globalización fijada ese control ya puede disponer de dispositivos que fusionen y articulen poderes más firmes para moldear la vida del ser humano.



IV   PODER, CONTROL Y VIGILANCIA EN EL PRESENTE. Alienación, código, mercantilización de los usuarios y apropiación originaria del saber.


            La revolución de la web 2.0 junto a sus mecanismos de uso y distribución de recursos, es uno de los pilares fundamentales de la nueva era tecnológica moderna inmersa en el estadío de las sociedades informacionales. Este fenómeno genera una doble contradicción. Por un lado abre la posibilidad de impulsar una democratización de los medios de comunicación, a través de la participación ciudadana en la faceta “creativa” a partir de blogs personales, documentos en las redes sociales o el surgimiento de medios de comunicación exclusivos de internet. Sin embargo esa “apertura” también es un camuflaje para el reacomodamiento de poder por parte del capitalismo, como si fuera un gran organismo que se va reformulando en forma constante.  La intención de la revolución 2.0 era generar una nueva etapa de desarrollo on-line, luego de la gran decepción de las compañías puntocom: mientras la primera generación de empresas de Internet deseaba vender cosas, la 2.0 tomaría otro camino más sutil. [9]La discursiva de la 2.0 se ubica en la “confianza” en los usuarios como sujetos  independientes y generadores de desarrollo productivo. Bajo la lógica encubierta de hacer creer a la gente el compartir información, ideas y problemáticas es allí donde el poder se hace presente.  Este poder líquido en clave de Bauman se introduce en forma inconsciente y despliega todo su armazón e influencia en la configuración de los cuerpos y subjetividades.  Está articulación silenciosa tiene como finalidad de llevar a cabo la acumulación originaria del saber. Esto es la apropiación de los productos elaborados de las personas sin ser conscientes de lo ocurrido y  el enriquecimiento de unos pocos sobre la mayoría.
            Siguiendo la línea de Petersen, se puede hablar de la existencia de una mercantilización de los usuarios. Es decir, como el sistema se ha presente bajo la forma de utilización de la “fuerza de trabajadora creativa” de los usuarios y cuyo beneficio va a parar a las arcas de los capitalistas. Es a través de una gran arquitectura de participación donde las compañías pueden sacar provecho del contenido que surge por intermedio de los usuarios archivándolo y creando interfaces o usando otras estrategias como el programa AdSense de Google. Cómo también el diseño de plataformas para el contenido generado por usuarios, como MySpace, Facebook, Youtube, etc. [10]
            La alienación también se hace presente en este juego de saberes, vigilancia y poder. Esto se puede notar en el crecimiento año tras año de computadoras en el hogar, la expansión de Internet y en la sujeción del empleado a las maquinas en gran cantidad de trabajos. La sumisión de brindar datos personales sin tapujos como variable novedosa que contrasta los inicios del mundo virtual informacional. Hay un antes y un después donde se hace visible el mensaje 2.0 de “libertad, creatividad y expansión democrática” donde por ejemplo las redes sociales han sido una herramienta eficaz para sustraer el miedo de mostrar el verdadero “yo” de la gente y eliminar el ocultamiento en seudónimos o personajes inertes.
En resumen, lo que está en disputa es el código. Si a mediados del siglo 19 la principal amenaza a la libertad fueron las normas, a comienzos del siglo 20 el poder estatal junto al mercado y en el siglo 21 lo que debe considerar nuestra preocupación es el código. Este último comprende una serie de capas en donde se pone en juego el enfrentamiento por la libertad o el control. Hay una capa física que referencia a la propiedad sobre los cables y licencias inalámbricas vitales para la comunicación; una capa lógica para los protocolos y software y la última capa responde a los contenidos (Por ejemplo las redes sociales)[11]. Esta revelación que tiene el poder en asociación con la propiedad intelectual (patente, copyright y marca registrada) le otorga la vara regulativa para disponer y someter a quién quiera hacerle frente en esta lucha desigual entre “amos y siervos” de la producciones que se forjen.


V. REFLEXIONES FINALES

         Nos queda por reflejar un espacio reflexivo para aventurar el devenir del poder, las relaciones sociales que lo cruzan y la sociedad informacional.
            Es evidente que no hay una máquina del tiempo que nos brinde la precisión y el detalle de lo que pueda pasar en el futuro, pero si se puede racionalizar una serie de planteos y preguntas  que nos haga deliberar acerca de la temática planteada anteriormente.
¿En qué consistirá y cómo se plasmará la nueva sociedad que se constituya  post caída de la sociedad informacional? ¿El poder seguirá “licuándose” para romper cualquier barrera que lo limite o en que mutará? ¿Qué alternativas tendrán los sujetos para poder disponer de estrategias que impidan que socaven sus libertades y derechos individuales? ¿Cómo será el accionar de los dispositivos ideológicos de poder y en qué medida se diferenciarán con los actuales? ¿El humano podrá luchar contra la alienación, la apropiación originaria del saber, la mercantilización de sus productos y la sustracción de sus datos personales?
Muchas preguntas cuyas respuestas se completarán con el correr de los días, meses y años venideros y serán motivos cabales de análisis para seguir profundizando al poder y sus consecuencias.
Las catacumbas del control social siguen operando,  pero a diferencia de otras épocas posee una especialización y un desarrollo notable que será difícil de frenar y recrear una contrahegemonía que irrumpa como alternativa para desactivar este entramado de larga data. Será cuestión de tiempo  y de esperanza para visibilizar una reacción de dimensiones.





































BIBLIOGRAFÍA:

-         Bauman, Zygmunt;”Modernidad Liquida”. Fondo de Cultura Económica, 2002.

-         Deleuze, Gilles;”Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian Ferrer (comp.) El lenguaje libertario, VOL II, Montevideo, Nordan, 1991

-         Gruffat, Carolina y Schimkus, Roberto; La arquitectura es la política de la red. Facebook y sus rivales. En Piscitelli, Adaime y Binder, El proyecto Facebook y la  posuniversidad, 2010.

-         Hardt, M., y Negri, A., Imperio, Buenos Aires, Paidós

-         Petersen, Søren Mørk;” Loser Generated Content: From Participation to Exploitation”. First Monday, Volume 13, Number 3 - 3 March 2008.

- Sibilia, Paula; “La intimidad como espectáculo”. Buenos Aires, FCE.




[1] Deleuze, Gilles;”Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian Ferrer (comp.) El lenguaje libertario, VOL II, Montevideo, Nordan, 1991. Pág.1

[2] Ibíd., Pág.3
[3] Hardt, Michael y Negri, Antonio; “Imperio”, Buenos Aires, Paidós. Pág.25
[4] Deleuze, Gilles;”Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian
Ferrer (comp.) El lenguaje libertario, VOL II, Montevideo, Nordan, 1991. Pág.3
[5] Hardt, M., y Negri, A., Imperio, Buenos Aires, Paidós. Pág.25

[6] Ibíd., Pág.282

[7] Deleuze, Gilles;”Posdata sobre las sociedades de control”, en Christian
Ferrer (comp.) El lenguaje libertario, VOL II, Montevideo, Nordan, 1991. Pág.4
[8] Bauman, Zygmunt;”Modernidad Liquida”. Fondo de Cultura Económica, 2002. Pág.6
[9] Sibilia, Paula; “La intimidad como espectáculo”. Buenos Aires, FCE. Pág.7
[10] Petersen, Søren Mørk;” Loser Generated Content: From Participation to Exploitation”. First Monday, Volume 13, Number 3 - 3 March 2008. Pág.10

[11] Gruffat, Carolina y Schimkus, Roberto, La arquitectura es la política de la red.
Facebook y sus rivales. En Piscitelli, Adaime y Binder, El proyecto Facebook y la
posuniversidad, 2010. Capítulo VI.Pág.72

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