jueves, 29 de enero de 2015

                La argentinidad del Héroe

            Un héroe, dispone de cualidades subsumidas al idealismo que el espíritu popular intenta disponer y apropiarse como propias, ante motivaciones y anhelos insatisfechos. En el fondo queremos configurar héroes que marquen nuestro propio camino y esa es una de las patas de la radiografía sociológica de la “nismanía” que acecha por estos días.

Recibimos como efecto constante el impacto de recortes,  impulsos que intentan sensibilizar la opinión y la cautivante emoción que causa una personalidad que fallece.  No salimos del asombro del exceso creativo de la justicia como poder o corporación avasallante para distribuir y liderar investigaciones que en su mayoría quedan en la nada; O la mutación constante y sin acusar responsabilidades del ejecutivo nacional; O en la esfera del cuarto poder como recurso de la inexpresividad bajo el cauce del showbusinnes al servicio del prime time.

            La ceremonia del caso -que hoy sería un gran guión para las huestes del INCAA- afirma la tendencia de un cuadro repetitivo del concepto de la argentinidad media. Es decir;  Hay incentivos y motivaciones que sensibilizan la percepción de la mirada frente a casos resonantes que ocurran bajo estas latitudes o que puedan extrapolarse e importar realidades de un hecho en sí.  ¿Acaso la argentinidad no quiso ser Charlie Hebdo? y así replicar esa instancia sensitiva al orden nacional y bajo un hecho sin resolución definitiva y con un nuevo slogan: “yo soy Nisman”.


            La  argentinidad del héroe es uno de los tantos episodios que nace bajo la ausencia de figuras o de hechos colectivos que pueden hacer reflejar a extractos o sectores de la sociedad, como a un espejo que sublime sus deseos incumplidos. Transformar a actores públicos sin realizar una reflexión y análisis global de los mismos, pueden traer consecuencias que sigan agrandando la necesidad de suplir deseos de la argentinidad media. El devenir de una nueva adopción de héroe argentino está en oferta, el riesgo de caer a una nueva tentación sigue en pie.