La implementación de
este mecanismo electoral ha generado una transparencia comprobable, elimina las
listas sábanas, facilita el conocimiento de los candidatos de manera empírica,
evita el robo de boletas y culmina con diversos actos que suelen empañar las
votaciones.
Su praxis política dio el puntapié
inicial en las primarias santafecinas, luego en la elección de gobernador de la
provincia de Santa Fe y este último fin de semana en Córdoba con un alto grado de
aceptación popular y algunas cuestiones para debatir.
Ventajas
-
No más listas sábana ni voto
cadena.
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Las distintas opciones
electorales están ubicadas en una misma boleta, lo que equivale a igualdad de
condiciones entre los partidos políticos.
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Se evita el robo de boletas.
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Se gana en transparencia. La
boleta es entregada al votante y se elimina la chance de que el puntero
político efectivice tareas fraudulentas.
-
Es un elemento electoral que
democratiza el sistema político de
partidos y se avanza hacia una institucionalización manifiesta.
Diferencias entre Córdoba y Santa Fe
La
principal diferencia que enmarca a la boleta única santafesina de la cordobesa
es que la primera se divide a través de categorías. Por cada categoría a votar,
el ciudadano dispuso de una boleta para elegir a quien depositarle el voto. A
diferencia de Córdoba donde las diversas categorías se aglutinaron en una misma
boleta.
En
Córdoba la boleta única mostró como novedad la opción del “Voto Lista Completa”:
esto significa que el votante pudo optar por todas las categorías de un mismo
partido con tan sólo una marca o cruz. Sin embargo, esto puede llevar a la
confusión y a la polarización de candidatos, en el sentido que si el votante
elige la opción de lista completa y a la vez marca en otra categoría, queda
anulada esta última acción; en contraste con Santa Fe donde no existe dicha
opción.
A
su vez, la boleta única santafesina dispuso la opción para votar en blanco, en
tanto la cordobesa no lo especifico.
En
Santa Fe hubo hasta cinco box dispuestos para el votante, mientras que Córdoba se
montaron solo dos box para efectivizar el sufragio.
La
cuestión del tiempo fue una variable evidente. En Santa Fe el escrutinio tuvo
un cauce más rápido que el cordobés: mientras que en la provincia donde
gobierna el socialismo el conteo finalizó minutos después de las 12, en Córdoba
culminó a las 12 del mediodía del lunes siguiente.
Conclusión
De las diferencias explicitadas surge una discusión muy
interesante que tendrá que ser tenida en cuenta el día en que la boleta única
pase a ser objeto de debate a nivel nacional. Dada la separación por categorías
que posee la boleta única santafesina, se la ha acusado de fomentar el “voto
cruzado”, es decir, de que el elector opte por un candidato a gobernador de un
determinado partido y que en otras categorías elija a candidatos de otro color
partidario. En tanto en Córdoba, al no tener boletas por cargo y al disponer de
la opción “voto lista completa”, esto no se evidenció significativamente. Por
lo tanto cabe preguntarse si evitar o no el famoso “efecto arrastre” de votos,
atañe a una responsabilidad ciudadana individual o debe ser una decisión evidente
y precisa tomada desde los órganos que tienen a cargo la tarea de confeccionar
la herramienta electiva, priorizando la clara y transparente identificación de
los candidatos sin especular con el comportamiento del electorado a la hora de
emitir el voto.
Al margen de los debates que tendrán que ser saldados en tiempo y forma, sin
dudas la boleta única es una herramienta transparente que ubica al Estado como
responsable de diseñar, imprimir y distribuir las boletas. Aumenta la
democratización del sistema de partidos e iguala las condiciones de competencia
electoral. Un avance evidente para iniciar el proceso de reconstrucción del
sistema electoral argentino que se fracturó en 2001, donde la boleta única aparece
como un claro indicio de refortalecimiento institucional.
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