viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Debatimos la educación?



Está claro que la Argentina está atravesada por una línea dicotómica entre blanco y negro, amigos y enemigos, y entre anti k y fieles K. 

El tema educativo no está alejado de esta división, y mucho menos de la carga valorativa y política que enciende esta cuestión. La política educativa no es un enclave menor. Es un eje fundamental como elemento que libera y transforma la mente humana.

En la Ciudad de Buenos Aires, la política educativa de Mauricio Macri ha pasado de la corrupción de Narodowski a la actual gestión de Bullrich amparada y sugestionada por los medios de comunicación afines al macrismo.
Está claro que la acción o resolución de realizar tomas no es la mejor manera de discutir acerca del nivel educativo o reclamar frente a las autoridades públicas. Sin embargo, sin el recurso de las tomas:  - ¿Se estaría hablando del sistema educativo o qué política educativa queremos en Argentina?
-¿ Se habrían efectivizado y acelerado las obras en las escuelas públicas de la Ciudad ante la ausencia de servicios fundamentales como el Agua y el Gas? (Recordemos que la primera avanzada de tomas durante la gestión macrista tuvo como foco este flagelo).
- ¿Sin tomas, se habría puesto en las tapas de los diarios el accionar nacional y municipal del nivel educativo?

Otra cuestión que hay que dejar en claro, es el grave error de un grupo de estudiantes que cometieron el hecho vandálico de atacar una Iglesia. Ese no es el camino para poner en foco los reclamos, pero tampoco se puede juzgarlos como delincuentes seriales o estigmatizarlos. Este hecho repudiable, ha sido magnificado y aprovechado por los sectores más reaccionarios de la sociedad en conjunción de los poderes de siempre que ponen el grito en el cielo ante protesta de todo tipo,  y mucho más cuando arrancan desde las bases.

Estamos en una lucha política, porque como dice el educador brasileño, Paulo Freire "Todo acto educativo es un acto político". Es decir; Es político porque atañe a la sociedad y porque la educación es un arma de transformación social.
Pero debemos preguntarnos: ¿Por qué hay sectores de la ciudadanía que estigmatizan a los estudiantes? ¿Por qué estos sectores señalan a los pibes como portadores del mal endémico del actual sistema educativo? ¿Por qué debatimos el medio de reclamo (toma) y no sobre qué tipo de sistema educativo tenemos y queremos para las generaciones presentes y futuras?

En resumen: A. Hay una invisibilización de reclamos sostenido en el tiempo, que profundiza las diferencias, los ánimos y los enconos para generar otro tipo de instancias de acuerdo.
B. Hay una lógica de ausencia de dialogo y consenso en Argentina, donde parecen triunfar posiciones extremistas o de último recurso para accionar y reconocer flagelos.
C. Es evidente que la reforma educativa porteña esconde demasiadas aristas oscuras que no han sido debatidas en profundidad, cuestión que no es menor puesto que es el eje principal del reclamo estudiantil.
D. Por último, que saludable es debatir temas fundamentales para la sociedad, tal como lo es la educación. Hay que empezar a mirarnos como sociedad y generar los cambios necesarios para acondicionarnos frente a varias décadas pérdidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario