Está claro que la Argentina está atravesada por una
línea dicotómica entre blanco y negro, amigos y enemigos, y entre anti k y
fieles K.
El tema educativo no está alejado de esta división, y
mucho menos de la carga valorativa y política que enciende esta cuestión. La
política educativa no es un enclave menor. Es un eje fundamental como elemento
que libera y transforma la mente humana.
En la Ciudad de Buenos Aires, la política educativa
de Mauricio Macri ha pasado de la corrupción de Narodowski a la actual gestión de
Bullrich amparada y sugestionada por los medios de comunicación afines al
macrismo.
Está claro que la acción o resolución de realizar tomas no es la mejor manera de discutir acerca del nivel educativo o reclamar frente a las autoridades públicas. Sin embargo, sin el recurso de las tomas: - ¿Se estaría hablando del sistema educativo o qué política educativa queremos en Argentina?
Está claro que la acción o resolución de realizar tomas no es la mejor manera de discutir acerca del nivel educativo o reclamar frente a las autoridades públicas. Sin embargo, sin el recurso de las tomas: - ¿Se estaría hablando del sistema educativo o qué política educativa queremos en Argentina?
-¿ Se habrían efectivizado y acelerado las obras en
las escuelas públicas de la Ciudad ante la ausencia de servicios fundamentales
como el Agua y el Gas? (Recordemos que la primera avanzada de tomas durante la
gestión macrista tuvo como foco este flagelo).
- ¿Sin tomas, se habría puesto en las tapas de los
diarios el accionar nacional y municipal del nivel educativo?
Otra cuestión que hay que dejar en claro, es el grave
error de un grupo de estudiantes que cometieron el hecho vandálico de atacar
una Iglesia. Ese no es el camino para poner en foco los reclamos, pero tampoco
se puede juzgarlos como delincuentes seriales o estigmatizarlos. Este hecho
repudiable, ha sido magnificado y aprovechado por los sectores más
reaccionarios de la sociedad en conjunción de los poderes de siempre que ponen
el grito en el cielo ante protesta de todo tipo, y mucho más cuando arrancan desde las bases.
Estamos en una lucha política, porque como dice el
educador brasileño, Paulo Freire
"Todo acto educativo es un acto político". Es decir; Es político
porque atañe a la sociedad y porque la educación es un arma de transformación
social.
Pero debemos preguntarnos: ¿Por qué hay sectores de
la ciudadanía que estigmatizan a los estudiantes? ¿Por qué estos sectores señalan
a los pibes como portadores del mal endémico del actual sistema educativo? ¿Por
qué debatimos el medio de reclamo (toma) y no sobre qué tipo de sistema
educativo tenemos y queremos para las generaciones presentes y futuras?
En resumen: A. Hay una invisibilización de reclamos
sostenido en el tiempo, que profundiza las diferencias, los ánimos y los
enconos para generar otro tipo de instancias de acuerdo.
B. Hay una lógica de ausencia de dialogo y consenso
en Argentina, donde parecen triunfar posiciones extremistas o de último recurso
para accionar y reconocer flagelos.
C. Es evidente que la reforma educativa porteña
esconde demasiadas aristas oscuras que no han sido debatidas en profundidad,
cuestión que no es menor puesto que es el eje principal del reclamo
estudiantil.
D. Por último, que saludable es debatir temas
fundamentales para la sociedad, tal como lo es la educación. Hay que empezar a
mirarnos como sociedad y generar los cambios necesarios para acondicionarnos
frente a varias décadas pérdidas.
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