jueves, 28 de agosto de 2014

ARGENCINISMO 
By: SP

En la patria grande del argencinismo se sigue incurriendo a la repetición de episodios que transforman pasados en presentes de una década de ganancia para los videntes del relato inconexo del fragor existencial. Mientras tanto, en la civilización europea, se señala al extranjero y a los desposeídos del sistema como agentes de la barbarie y de lo ilegal. Es aquí donde el cinismo nacional y popular no podía diferenciarse de ese espejo tan inspirador.

La otredad es una construcción identitaria para que la mirada propia y ajena se reconozcan, esa identificación revela humanidad y decodifica un tránsito a percibirnos como iguales, pero suceden hechos que se traducen en expulsión, estigmatización y evolución del aislamiento social. Esta "triple E" trae como resultante el sometimiento a las clases populares, a los desposeídos y a los desclasados del sistema.

No es menor el escudo contemplativo a los resquemores de convertirse en lo que rechazan ser, en tanto y en cuanto se siga apelando a un discurso transformador para las masas y se accione en unidad con la procacidad porteña.

Gran parte de los ciudadanos enarbolados por los discursos argencinistas porteños y nacionales encuadran a los excluidos como el enemigo a vencer, el responsable de la inflación, de los buitres salvajes, de la deuda externa y de los males de la sociedad. Por ello, la respuesta es inmediata y recrean los regresos de la gloriosa década 90 o de la armoniosa dictadura militar, con las topadoras salvadoras de Cacciattore - Domínguez, para arrasar con todo signo de pobreza que pueda poner en vilo a una ciudadanía indefensa.

No obstante, desde los atriles del argencinismo se adecua pugnar por la inclusión ciudadana y del abordaje por un país amplio, pero la única realidad es el auge de villas, el crecimiento de las zonas de exclusión y el accionar del desalojos o represiones para quién persista en protestar ante el soberano de turno. Por eso, amigo/a argentino/a tenga cuidado, que todos/as somos rehenes de un círculo vicioso del infractor republicano.

Lugano, tierra de olvido

Lugano ha sido siempre un recurso simbólico de la negación de la otredad, ha sido un ejercicio práctico de la unidad del argencinismo creciente que prefiere sentir el dolor ajeno por televisión que persistir en encontrar otro camino para los desposeídos. Siempre es más fácil asegurar una victoria frente a un rival que no ofrezca resistencia, mientras que en las alturas de Puerto Madero o en los valles fértiles de Nordelta, se imprime la verdadera sociedad que el argencinismo medio pretende adquirir.
Bienvenidos al reino de la impunidad al cuadrado y al sueño de vivir como en la monarquía de los cuentos medievales.

¿Que nos ha pasado como sociedad para tener un poder judicial y gestiones políticas que accionan tomando en cuenta sus beneficios particulares y su ofrenda de clase? ¿Los conflictos sociales son las motivaciones para acallar problemas de gestión? ¿Vale más el escenario mediático del orden impuesto por las fuerzas represivas del Estado?

Lo que sí podemos concluir es que en su guerrita de trincheras burocrática perjudican a los vecinos y estigmatizan a los pobres como actores despreciables. No hay mayor represión y sumisión a un ser humano que quitarle toda garantía de acceso a la vida digna y a la seguridad ciudadana. Sustentado por promesas incumplidas, con un fuerte déficit habitacional y con soluciones que determinan expulsiones y remedios del orden establecido.








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